Grecia y sus islas despertarán |
Desde ahora hasta finales del año asistiremos a un baile de cifras de récord, descomunales, alarmantes y que en definitiva solo dejan patente la incompetencia de los políticos que nos gobiernen en el Govern balear y otras veces en el Consell de Ibiza. Por ejemplo: los viajeros en los puertos y en el aeropuerto, el número de vehículos, de visitantes globales, etc.
Ahora la Encuesta de Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur), publicada por el Institut Balear d´Estadística (Ibestat) nos revela que casi un 35% de visitantes no se hospeda en hoteles ni apartamentos dados de alta en el registro de establecimientos de uso turístico. Que se buscan la vida en apartamentos y casas al margen de los reglamentos. Pues miren, yo pensaba que eran bastantes más los sumergidos.
Así y todo no estamos hablando de una pandilla sin importancia: es más de la tercera parte de nuestro turismo. Tal masa humana hospedada (opaca o escondida) fuera de todo registro administrativo o policial puede constituir una seria amenaza para la seguridad de todos, al margen de las tasas que dejan de ingresar los ayuntamientos y los impuestos que se hurtan a Hacienda.
Comprendo que los hoteleros levanten la voz. Tienen todo el derecho a quejarse. Y que la levanten también los ciudadanos que viven en un bloque de pisos o apartamentos residenciales. En las Pitiusas no todos podemos estar cuatro meses de verano de vacaciones y de juerga. Los residentes en bloques de viviendas tenemos una vida particular, laboral, escolar con obligaciones que cumplir. Y no tenemos por qué soportar esta manada de cabestros que vienen a alterar nuestra vida, por el simple hecho de que un propietario decide alquilar por días, semanas o meses su piso. No, no basta con cumplir con la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). Hay que cumplir con los vecinos y con la competencia que paga leal y legalmente sus permisos y licencias.
No podemos permitir todo a los turistas, y si alguien no lo entiende, se le debe sancionar con rigor. Y no me refiero a multas simbólicas de 600 euros. En otros sitios de España ya van tomando el pulso a una situación abusiva y descarada. Incluso en Nueva York van a implementar una ley que impide los alquileres turísticos por menos de 30 días. Recuperemos Ibiza o estamos perdidos.