Cuando pensamos en el turismo de Ibiza nos viene a la mente el turismo inglés, alemán y español. Son los tres grandes mercados emisores a Ibiza, sobre todo el británico que año tras año nos premia con una fidelidad canina. En 2015 se contemplan unas expectativas excelentes, superiores a 2014, cuando esas ya eran un récord absoluto en todos los órdenes.
No es cualquier cosa. No es ninguna banalidad: llevamos cuatro años en que las islas Pitiusas superan a duras penas los stress tests más exigentes del mercado europeo, porque no estamos preparados para absorber esta avalancha humana concentrada en cuatro meses. Sencillamente. Las infraestructuras de Ibiza, insuficientes y obsoletas, pueden soportar un ritmo de uso en mayo y octubre o en invierno. Pero en los tres meses punta todo revienta en todas partes. Pues bien, la buena noticia (¡temblemos!) es que en 2015 vendrá más turismo que nunca jamás en toda la historia de la isla. No se recuerda nada igual, no existen precedentes, a no ser la temporada 2014 donde ya observamos con impotencia cómo la isla sucumbía al marasmo demográfico, pese a lo cual, los voluntariosos y preparados profesionales de la isla, culminaron la temporada con resultados muy positivos. Me refiero en general y a cualquier sector: sanidad, seguridad, aeropuerto, puertos, hostelería, etc.
Sabemos de Gran Bretaña que las vacaciones a España les saldrán más baratas. El cambio de moneda les favorece y su situación laboral no es peor que hace uno o varios años. Ibiza les enloquece y si no lo hace la isla lo hacen las drogas y la música. La invasión británica será sonada, además, porque varias cadenas de televisión llevan todo el invierno poniendo cachondos a los jovenzuelos y a los pudientes con ganas de aventura.
Sabemos de Gran Bretaña que las vacaciones a España les saldrán más baratas. El cambio de moneda les favorece y su situación laboral no es peor que hace uno o varios años. Ibiza les enloquece y si no lo hace la isla lo hacen las drogas y la música. La invasión británica será sonada, además, porque varias cadenas de televisión llevan todo el invierno poniendo cachondos a los jovenzuelos y a los pudientes con ganas de aventura.
De Alemania nos llegan noticias pasablemente buenas, después de haber estado diez años muy duramente penalizados por ese sector de mercado. Los hoteleros baleáricos saben muy bien lo qué hacen cuando suben precios y ha sido en la feria alemana donde han confirmado la tendencia al alza en las ventas, lo cual ha alarmado a los operadores turísticos. Cualquiera diría que estos agentes añoran los años en que Turquía, Grecia y Egipto ofrecían instalaciones mucho mejores –por lo nuevas– y bastante más baratas que Baleares. Pero la coyuntura política se ha llevado por delante la parte sustancial de ese mercado medio-oriental. ¿Y los otros emisores? Bien, estupendamente todos los europeos. Excepto los rusos, por razones ya bien conocidas y sin solución a corto plazo.