Uno de mayo, día del trabajo o del trabajador. ¿Y los que no trabajamos? No vamos a lamentarnos, pudiendo celebrar la paulatina llegada de contingentes turísticos que ya están animando las calles.
Aunque sabemos que en años como estos Ibiza saldría ganando si fuera una república independiente, perdida en la mar, tan cerca de Cartago, de Italia, de Francia o de las costas hispanas. También saldríamos ganando con una monarquía, solos con los turistas, bajo la regia melena fenicia de Pilar Costa, siempre que se le aplicara la norma de «reina pero no gobierna», porque cuando ha gobernado ella y los suyos nos han conducido al desastre. La elijo como reina fenicia de Ibiza, pero no como gobernanta.
Podríamos nombrar sólo reinas para un período de 5 años, renovables por otros 5. Pero solo reinas, nada de princesas ni infantas, que son un lío.
Dice el Diario que han emigrado más de 700 pitiusos al extranjero. Claro, se emigra al extranjero, entre regiones españolas no se emigra, digan lo que digan los catalanistas.
Pero todos sabemos que este 700 se referirá a pitiusos contratados, con los papeles en regla. Hacen muy bien. Esto no es ningún drama.
El drama es cuando tienen que emigrar las abuelas, como estas señoras abuelas marroquíes que van llegando a Ibiza desde hace unas décadas. Mala señal.
El drama es cuando tienen que emigrar las abuelas, como estas señoras abuelas marroquíes que van llegando a Ibiza desde hace unas décadas. Mala señal.
Sin papeles ni contratos se van miles de ibicencos cada año. Dejan Ibiza en noviembre y no reaparecen (los que lo hacen) hasta bien entrado mayo. ¿Vuelven para celebrar el día del Trabajo?
Uno diría, ya que hablamos del tema, que vuelven a buscar un trabajo para el verano, porque para el invierno lo mejor es buscar un avión y largarse. Son miles los que lo hacen cada otoño, como estas cigüeñas, vencejos o golondrinas, que vienen y van.
Así queda Ibiza, que parece una ciudad en estado de sitio y con la ley marcial decretada por la crisis.
Así queda Ibiza, que parece una ciudad en estado de sitio y con la ley marcial decretada por la crisis.
Yo creía antes que los ibicencos se iban a Goa, y a otros puntos de la India, o a Marruecos, tan cercano y a la vez tan distinto y extranjero. Me equivocaba.
Muchos ibicencos se quedan sin trabajo y prefieren pasar medio año con otros precios y en otros sitios de la misma Península o de Canarias. Sólo con lo que se ahorra de agua, vino y alimentos básicos ya vale la pena.
Otros han aprendido el espeso mecanismo de los entresijos burocráticos y recorren la India (Afganistán ahora es difícil y peligroso), Vietnam o Tailandia, comprando quincalla que después se venderá a los turistas como Made in Ibiza.
Cuando menos te lo esperas, a la vista de una buena ocasión comercial, nos sale el pronto fenicio. Que dure, pues es meritorio inventarse un trabajo cuando sabes que es casi imposible que alguien ajeno te lo facilite.
Diario de Ibiza
@MarianoPlanells en Twitter
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