Un grupo de oficiales del ejército alemán pasea ante el Partenón, durante la ocupación de Grecia en la II Guerra Mundial
Grecia vuelve a salir en ayuda de Ibiza. ¿Y cómo puede ayudarnos Grecia en nuestra azarosa precampaña turística de 2012? Como ya lo está haciendo, es decir, indirectamente, azuzando y aún asustando más al turista alemán. Concretamente al alemán.
En anteriores artículos he aludido a los tumultos, huelgas y algaradas violentas que abundan en el país heleno desde hace unos años. Esto ya por sí solo sería un serio inconveniente para la contratación turística, y de hecho lo es. En realidad Grecia salvó la última campaña 2011 usando varios mecanismos a los cuales nosotros no podemos recurrir, so riesgo de dinamitar nuestro propio turismo: dumping (fijación de precios predatorios), un IVA del 6% y visados exprés para los turistas rusos, saltándose a la torera cualquier intento de armonización fiscal o de cumplimiento del espacio policial del tratado de Schengen. Otros quizás opinarán que no, que puede darse manga ancha en estos terrenos. Cierto, a Grecia se le permite todo y aunque no se le permita lo hace igualmente y se le regalan abundantes remesas de dinero que no devolverá jamás, incluido el dinero español que tan pródigamente le mandó el inolvidable ZP.
Esto no es todo. Hay más. La prensa alemana lleva más de un año preparando al sufrido contribuyente alemán para la salida de Grecia de la zona euro. Mientras tanto, pagando y callando.
Quienes no callan son los griegos, al menos la izquierda griega, como la izquierda española, siempre hábil para sacudirse las responsabilidades y echarle las culpas a la derecha. En Grecia le echan la culpa incluso a los nazis, que ocuparon el país durante la II Guerra Mundial. Algunos economistas y políticos griegos, con evidente mala fe, ignorando las reparaciones de guerra que ha pagado Alemania hasta el último céntimo, siguen exigiendo más pagos por este concepto.
Todo lo cual ha sembrado de perplejidad al ciudadano alemán, cansado de pagar por todo lo suyo y lo de los demás. Por nada, y encima para ser insultado. Porque la prensa griega usa la bandera de la Unión Europea con el símbolo nazi. En Alemania van cambiando la sorpresa por el miedo. Así, el turista alemán está empezando a hartarse de Grecia y comienza a tener miedo de pasar sus días o semanas en aquellas tierras tan apreciadas por rusos, germanos y turistas del Este.
El tema no es baladí. El año pasado viajaron a Grecia 1,3 millones de alemanes . Casi la misma cantidad de turistas totales que vinieron a Ibiza. Ahora ¿puede alguien imaginarse que se pudiera transferir una parte del turismo alemán a las islas Pitiusas? Pero no soñemos, los germanos prefieren Mallorca y en los últimos doce años hemos perdido algo menos de la mitad del turismo alemán. De Ibiza no temen tanto la violencia manipulada contra los alemanes, cuanto pura y simplemente el terrorismo ecológico que ha dejado nuestras islas para el arrastre. Esperemos unos meses y lo sabremos.