Y por debajo del exultante turista se perfila una realidad paralela que parecen habernos diseñado desde fuera. |
En este verano llama la atención el descaro de algunos pseudo-empresarios en saltarse leyes y normas por toda la cara: exposición de vehículos en venta o alquiler en plena acera o en la calle, hamacas invadiendo incluso la línea del agua en las playas atiborradas. Y el descontrol de los alquileres inmobiliarios, de coches piratas, barcos piratas, seguramente avionetas taxi piratas. La lista es larga.
Los modernos piratas funcionan en la economía sumergida y a fuerza de ir sisando y de ir probando dónde están los límites han llegado a una conclusión alarmante: en Ibiza y Formentera no hay límites. Puedes pegar fuego a media isla y es probable que soltando alguna lagrimita conmuevas el buen corazón de una sociedad narcotizada. Y en lo concerniente a taxis ya se presupone que, salvo excepciones, son bandas organizadas y no tienen ningún bien con el cual responder en caso de responsabilidad civil o penal.
Y es cierto que las fuerzas de seguridad (y las de la inseguridad) están desbordadas. Si lo asumen los delincuentes ya puedo publicarlo aquí, de forma que quizás lo lean en Madrid y hagan un esfuerzo compensatorio para el próximo verano. No digo que la Policía no actúe, sino que debe medir y seleccionar muy bien sus objetivos pues sus efectivos son escasos.
Uno tiene la impresión de que Ibiza es muy amada por los delincuentes, como el lobo ama al corderito o como las monjas catalanas independentistas aman las peras en almíbar.
En toda España prima la ineficiencia ante la corrupción más obvia y prolongada en el tiempo y en el espacio. Pero Ibiza se lleva la palma. Somos el pitorro del sereno y de ahí que casi ya nos tomen a pitorreo. No imagino que un delincuente como el catalán Ferré hubiera desarrollado su inmensa lista de abusos en Mallorca o en su Tarragona, aun sabiendo que allá también se cuecen muchas habas. Otros casos ya han salido a la luz pública: que alguien adquiera el derecho de alquilar docenas de apartamentos a alguien que no es el propietario legal y encima llame a la compasión en la prensa. Más aceptable la quiebra (fraudulenta o no) de International Villas, agencia inmobiliaria por Internet que ha dejado colgados a quienes ya habían pagado sus vacaciones en 50 chalets de lujo.
Hace más de dos años que vengo avisando: Hacienda tiene la antena puesta sobre este fenomenal botín que son los alquileres de Baleares. Van despacio, pero la maquinaria estatal es implacable. Rodarán cabezas si no viene algún político pringado y detiene las investigaciones, cosa que no sería de extrañar.
Los estragos de estos bandidos son considerables. No solo defraudan al fisco, también dañan a muchos empresarios dados de alta que cumplen con sus deberes, y no son pocos. Gente honrada que merece ayuda.