Mi querida compañera y sin embargo amiga Cristina Martín me da la razón diez años después de una agria polémica de la que a ojos de hoy no me siento nada satisfecho: en 1998 me pregunté por los altos honores pitiusos a un general decimonónimo, Joaquín Vara de Rey, que se le daban por su calidad de ibicenco.
No es ibicenco, dije yo, porque sólo nació en la isla, estuvo unos días y no se sabe que jamás regresara. Ni siquiera pasó la infancia.
«Alfredo Cardona Torres será el segundo teniente general de la historia de las Pitiusas, después de Ramón Gotarredona Prats, que alcanzó este grado en 1961» (Diario, 6 de marzo).
No está mal, Cristina, yo también lo doy por bueno, aunque técnicamente Joaquín Vara de Rey y Rubio nació en Ibiza en 1840 y murió luchando bravamente, con un valor suicida, en Santiago de Cuba, bajo un calor de espanto, el uno de julio de 1898.
Me quedan otras muchas dudas si analizamos un poco por encima la historia con una mirada distendida.
Los cartagineses Asdrúbal y Aníbal tenían rango equivalente al de teniente general. De Aníbal yo mismo popularicé la bobada de que nació en la Conejera, en mi ´Diccionario de Secretos de Ibiza´ . Los romanos Pompeyo, Sila, incluso Quinto Cecilio Metelo eran unos jefazos, pero estaban exentos del aura pitiusa. Sólo vinieron a recibir pedradas o a someternos: una vulgaridad. El general Belisario fue un genio que llamó incluso la atención de Robert Graves. Fue un gran general del imperio bizantino y conoció bien Ibiza.
¿Vino el gran Cid Campeador a Ibiza? Sin ninguna duda, bueno, con alguna duda. ¿No era el gran Rodrigo Díaz de Vivar un general de la OTAN de aquellos años donde unificó bajo su escudo a cristianos y a musulmanes hispanos que le pedían ayuda para defenderse de los fanáticos almohades que venían desde el norte de África para rebanar cuellos? Exactamente contra los mismos que ocasionalmente tendrían o tienen que defenderse las fuerzas de la OTAN mandadas por Alfredo Cardona Torres, esto es el fanatismo fundamentalista islamista. Los mismos a los que combatió el Cid y por cierto en aquella época se forma la rama fanática y radical del Islam.
De Gotarredona tengo un vago recuerdo de cuando yo estudiaba en el Seminario de Ibiza. Solíamos ver a su hermana en la catedral, una devota asidua. Creo haber visto al menos dos veces, de paisano, a su ilustre hermano militar. Los estudiantes los contemplábamos con una mirada de misterio y curiosidad.
Leyendo una entrevista a Juan Planells Ripoll, que por aquellos mismos tiempos era uno de nuestros profesores y tutores (junto con Vicent Pins y algunos otros), me entero de que este general procede de una familia valenciana trasladada a Ibiza a finales del XVII, con el nombre de Costarredona. Al cabo de unas cuantas generaciones, la Costa se transformó en Gota: Gotarredona.
No se llega a general todos los días ni llega cualquiera. Todavía menos a teniente general: es todo un orgullo para Ibiza. Ya digo, nacidos en la isla sólo Vara de Rey, Gotarredona y Alfredo Cardona. Pero de hecho, sólo los dos últimos. Todo esto para resumir felicitando a nuestro paisano por el ascenso a teniente general y por este este alto honor y este complicado trabajo, jefe del cuartel general de la OTAN en España.