Degollamiento de corderos por el rito musulmán halal |
Un año más hemos conseguido aplastar el maldito aburrimiento y reinventarnos el invierno, con la inapreciable ayuda de Més, Podemos-Psoe y de las cabritas mártires de es Vedrà. Que les dediquen a las chivas prontamente un monumento en la entrada de es Cubells. Y el nombre de una avenida en San José.
Por si no tenían suficientes problemas pendientes van y se montan una cacería salvaje por mucho que se escuden tras una montaña de papeles timbrados. Ni comen ni dejan comer, lo digo porque ahora nos hemos enterado de que varios ibicencos habían solicitado hacerse cargo de los animales, con los controles y las cuarentenas implícitas. Pues no, querían disparar con pólvora del Rey que pagamos los contribuyentes ibicencos. Esto enfurece aún más a los defensores de los animales que pagan impuestos: aunque fuera del raquítico calibre 22 –según he leído, yo no entiendo de armamento autonómico– estos gastos han corrido a cargo de los de siempre. Como en la paradisíaca China comunista, que si te condenaban a la pena de muerte los familiares tenían que pagar la bala.
Mal asunto para Vicent Torres, el presidente del tranvía, por mucho que haya enmudecido cual anguila acechada. Mal asunto para Podemos, que a la menor prueba crítica ha mostrado su verdadero talante. Y mal asunto para los payeses que, una vez más y desde Víctor Navarro en 1901, han vuelto a ser llamados bárbaros injustamente. Esperamos que el PP despierte de la siesta y exija la transparencia mínima sobre esta sangrienta y zafia operación ejecutada por mallorquines dizque expertos en abatimientos caprinos en la sierra de Tramuntana mallorquina. Otro asunto que no veo claro es la venganza payesa que se prepara: van a repoblar es Vedrà de cabras, según he leído por ahí. No me parece buena idea. Dejen en paz el peñasco de la locura: miren cómo volvió el catalán Padre Palau. Como un cencerro.
Pero les creo muy capaces, tanto como lo fueron para sacar las cabritas a fuerza de brazos, sin necesidad de plomo mallorquín vernáculo. Y cabreros todos, venced la tristeza, sursum corda, arriba estos corazones y preparaos para la próxima lucha. Luchas: las lagartijas están en peligro, los olivos han infestado las Pitiusas de culebras y de víboras, probablemente y además en el próximo Ramadán en junio, sacrificarán con el rito halal centenares de corderos, que mueren en una agonía terrible. ¿No podrían los musulmanes en Ibiza acogerse a otras prácticas menos crueles? Aquí el señor Vericad podría iluminarnos ¿lo explicará a la ciudadanía o callará como puta por rastrojo? Por mi parte, a ver si empiezo la 'Rondaia de ses cabres des Vedrà', pero espero para hacerlo la entrada de luna llena. Que San Francisco de Asís nos ilumine.