miércoles, abril 29, 2015

La mayor bolsa de fraude de España

Hay que repetirlo mil veces o las que sean necesarias: alquilar un piso o una casa no tiene por qué ser ilegal. Parece bastante lógico que si produce unos ingresos y lleva unos gastos, al final haya que declarar los beneficios a Hacienda. En cada Comunidad española tienen sus reglamentos o leyes autonómicas, pero por encima de todo, para curarse en salud, hay que liquidar con Hacienda. Obviamente algunos lo hacen y la mayoría no lo hace ni lo tiene previsto. Quizás lo piensen dos veces cuando empiecen a ver sanciones de 40.000 euros. Mientras tanto, el alquiler turístico sumergido es el boom de la economía española. Se mueven sumas astronómicas. Fuentes de la propia Hacienda han reconocido que es la mayor bolsa de fraude en España, hasta el punto que el 16% de los viajes extranjeros a nuestro país se amparan en este sistema.
De verdad, sinceramente, en Baleares pueden estar seguros que es bastante más de un 16%. En el verano del 2014 se comercializaron unos 40.000 apartamentos ilegales en el archipiélago, según cálculos ofrecidos por el presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos (Aptur) de las islas, Joan Estarellas. Operan al margen de la Ley de Turismo de Baleares (2012) y de la Ley de Arrendamientos Urbanos. En consecuencia, es una sustancioso dinero que escapa al control de las haciendas locales, autonómicas y nacional.
En otros casos, estos pueden acogerse a la LAU, pero no a la Ley de Turismo, o sea pueden alquilarlos por semanas o meses, pero no en los circuitos de comercialización turística. Como aquí cabe una interpretación laxa, el propietario se siente indefenso y reclama protección al Govern Balear, el cual está más atento a las directrices que emanan desde el lobby hotelero que a las asociaciones de propietarios de apartamentos.

Por lo que he mirado por encima, sin ser un especialista, al final tendrán que convivir ambas modalidades, hotel y apartamento. Entre otras consideraciones, ¿quién nos asegura que muchos apartamentos turísticos no están en el mercado precisamente porque los pusieron los mismos hoteleros? Al principio –hablo incluso de los años 70– los hoteles contrataban compulsivamente, hasta el punto de encontrarse en aprietos por el overbooking, es decir, vendían más habitaciones de las que tenían disponibles en realidad. Solución: para evitar la denuncia, abrían una botella de champán al turista damnificado y le decían que le habían reservado en suerte un hermoso apartamento para él y su señora. Centro de mesa con rosas y una bandeja de frutas locales, etc. El caso de Ibiza en concreto ya es mucho más brutal. No será fácil olvidarse del tema. Seguiremos, porque nos espera un verano movidito.

viernes, abril 24, 2015

El votante odia los gallineros


El gallinero es uno de los espacios más apreciables, más allegados para el payés ibicenco, una casi incesante fuente de proteínas sin procesar industrialmente ni necesidad de frigoríficos. Pero hasta aquí y ni un centímetro más allá.
Cuando leemos la prensa nos damos de cuenta del gallinero de la política local, cada año más disparatado y estridente. Sin entrar en honduras ni en guatemalas, creo que en los últimos cuatro años no se ha salvado ningún partido. Especialmente doloroso ha sido el progresivo deterioro del Partido Popular, al menos en al ayuntamiento de Ibiza y bastante en el de San José y San Antonio.
Estas escenas nefastas pueden pasar en un campo de fútbol o de baloncesto, pueden tolerarse en la barra de nuestra taberna preferida, pero el ciudadano vilero ha asistido a una de las legislaturas más deleznables que recordamos en todo el período democrático. Hablo del ayuntamiento de Vila y no del Consell de toda la isla, porque el equipo formado por el médico ciclista Vicent Serra ha reunido al colectivo más inepto del que tenemos memoria. Nunca se había visto nada parecido. Y mira que hemos sufrido políticos mermados, mulas, y borregos mediterráneos.
Ya pueden correr a llamar al pintor para que les retrate, por si ustedes no se han retratado solos. Háganse un buen retrato para la galería de hijos ilustres.
Desde lejos -por suerte para mi- intento seguir la campaña electoral de estos candidatos. No crean que lo tienen fácil. ¿Con qué cara -por mucha que le pongan- se presentan ahora ante los ciudadanos para pedirles la renovación del voto? ¿Con qué argumentos pueden convencer a los votantes que están hartos de pagar unos sueldos astronómicos a esta manada de concejales y consejeros que aparecen a la hora de cobrar la nómina, pero cuya trayectoria de realizaciones está casi en blanco?
España cada vez más endeudada, los impuestos cada vez más altos, pero no se rebaja el gasto público, ya que los recortes han ido a parar a los servicios que beneficiaban a los ciudadanos. ¿Van a pedir el voto? Votadme otra vez, yo soy la seguridad y la tranquilidad. Hasta a un ibicenco se le acaba la paciencia.
Por idéntica línea veo asomar las mismas caras de siempre del PSOE-FSE: diálogo y muchas subvenciones, cuando todavía el PP de Bauzá no ha pagado ni la mitad de los pufos que dejaron los del Pacte de Progrés o como diablos se llamaran. Pero es igual, aquí nunca pasa nada.
Intentan unos indignados articularse como partido alternativa, no sé si se llama Podemos, Podem, Ganemos o Guanyem. No se aclaran ni en el idioma. Se avergüenzan de emplear el español. Los catalanistas braman, buscando alianzas antinatura, o sea, todas, cualquier alianza con el catalanismos es anti-natural.

Los ibicencos aman los gallineros, pero no el gallinero político. A ver como convencemos a los votantes. Me gustaría verlo.


miércoles, abril 22, 2015

Pero hacienda no está distraída

El festín de dinero negro que manejan los alquileres turísticos: sumas escalofriantes que han hecho multimillonarios a los propietarios de páginas web destinadas a este sector y, por supuesto, a otros intermediarios que se han sentido a salvo de las cribas sistemáticas de Hacienda. Un dinero que sale de España sin haber entrado, en demasiados casos.
El control se hace difícil, porque los intermediarios se alojan en servidores ubicados en el extranjero, los propios clientes no declaran su estancia y la legislación local es confusa o inexistente. Lo insultante es que se pavonean, se publicitan en magnéticos colores y en ofertas que no se pueden rechazar. Y así un año tras otro. No pagan impuestos directos ni IVA, mientras los desgraciados sujetos a nómina se encuentran crucificados y penalizados por cualquier desfase en la cuenta.
Ahora ya sabemos que las autonomías han significado una incontenible puerta al derroche y al mangoneo caciquil, en esta España nuestra tan proclive a dicha perversión. Con las autonomías, España no funciona y no es sostenible, aunque soy consciente de que decir esto es predicar en el desierto. Y ahórrense la pulsión pueril de tachar de facha a todo aquel que no cuadre en los engranajes mafiosos o ideológicos. La administración territorial y su división no tiene nada que ver en principio con el fascismo ni con el comunismo. La ideología puede aplicarse por debajo o por encima de cualquier contingencia territorial como nos demuestra la historia y la geografía. No pienso que Hacienda estuviera en Babia, sino que mediatizada por las distintas legislaciones (o falta de ellas) autonómicas entraba en una especie de bucle que la conducía al absurdo, a la nada, a la inacción. Me refiero a este tema concreto. Cada vez tengo más claro que el turismo debiera ser materia de relevancia nacional, por encima de las autonomías.

Mientras esto llega parece que Hacienda ha reaccionado. En principio ha sido el propio ministro Soria quien ha alertado a las autonomías para que controlen estrechamente los alquileres turísticos, porque suponen una vía hemorrágica en la economía. Y no son bromas. Seguirá Hacienda, se supone que en coordinación con las haciendas locales. Y el cerco se cerrará progresivamente. Un importante hotelero declaraba que desde Málaga hasta Portugal, el 80% de los apartamentos turísticos son ilegales y facturan en negro. ¿No es asombroso? No. Es lo que ocurre en la costa valenciana, en Cataluña y porque no decirlo, en las mismas Baleares, aunque la situación se ha ido reglamentando en los dos últimos años, supongo que ante la posibilidad de recibir multas que pueden dejarte tuerto para todo el año. Si incluso la prostitución, las drogas y el I+D ya computan en el PIB ¿cómo va a ignorarse la sabrosa tarta de los alquileres, turísticos o no? En Babia no, ya vienen.

sábado, abril 18, 2015

Vienen por miedo

A partir del invierno de 2010, desde El Aaiún a Túnez, los países ribereños que acogían a los turistas franceses han ido cerrando sus hoteles por falta de clientes.
En pleno invierno, los saharauis se enfrentaron frontalmente contra la brutalidad de la policía marroquí como no lo habían hecho nunca. Fue una lucha desigual, pero al menos tuvo la virtud de prender la mecha que pocos meses después culminaría en lo que se ha llamado la primavera árabe. Gracias a Internet, algo desconocido en insurrecciones anteriores, los hechos se propagaron de forma explosiva.
Desde 1975 los saharauis lo habían intentado por todos los medios y solo en esa ocasión repercutieron las cargas y los golpes policiales. ¿Cómo lo consiguieron? Por Internet. Aunque los servicios marroquíes han blanqueado mucho y han censurado hasta donde han podido llegar, todavía hoy pueden verse algunas imágenes si se sabe escarbar bien en la incontrolable magnitud de la red.
Cuento estos prolegómenos como homenaje a tantos ibicencos que enterraron un año y pico de sus vidas haciendo el servicio militar en el Sahara entonces español. Pero también porque -como he dicho al principio- estas valientes mujeres y hombres saharauis tuvieron el arrojo de desbrozar el camino que seguirían en Túnez y después en casi toda la ribera mediterránea.
En consecuencia y desde entonces, dichos países están pagando un elevado precio en forma de divisas porque blindaron el paso a un turismo que les aliviaba su cuenta de resultados.
Desde 2010-11, por ejemplo, Baleares ha recuperado casi medio millón de turistas franceses, que se dice pronto. De ellos, 330.000 han vacacionado en Mallorca, pero el resto ha recuperado el destino de sus abuelos en Formentera e Ibiza. Y unos miles en Menorca.
Crudamente podemos decir que han regresado por esta impronta en su memoria familiar, pero también por miedo. Más que por amor al archipiélago regresan por miedo a Túnez, Marruecos, Argelia, Libia, Egipto, Jordania, Siria, Turquía, etc. El francés era mucho de Túnez y de Egipto. Y por supuesto, Siria. Queda todo dicho.
Por lo qué sé, numerosos hoteles de Baleares han vuelto a contratar con franceses y las reservas son muy optimistas, con aumentos espectaculares. Partiendo de datos de 2014, el turismo francés es el quinto de Baleares en orden de importancia, pero a gran diferencia de los británicos, alemanes y españoles. Aun así, Baleares está de suerte y debe aprovechar esta inesperada coyuntura para fidelizar y para anclarse en un turismo de calidad y de buen servicio.

miércoles, abril 15, 2015

¿Qué hace un chino en Ibiza?

Aparte del grueso de turistas británicos y alemanes, vienen otros turistas procedentes de países lejanos. También cuentan y añaden exotismo y diversificación. De vez en cuando uno se topa con un japonés y queda muy extrañado. Yo he conocido algunos japoneses en la isla, pintores y escritores y sí, cierto, son discretos y extraños, pero siempre extremadamente amables. Aprecio los escritores japoneses que he leído y me gustan las pinturas de estos nipones. Esta apreciación cambia cuando van en manadas a los museos europeos. En tal momento se transforman en descarados depredadores de la imagen, se meten en medio, empujan sin disculparse y se amontonan formando una albóndiga de algarabía oriental, que es algo que no se sabe lo qué es. Parecen escoceses cocidos.
Pero, ay amigos ¿y los chinos? ¿A qué diablos vienen los chinos a Ibiza? Mejor no saberlo si no queremos experimentar las desagradables experiencia de la ciudad de Barcelona, ocupada y sitiada por comandos que emergen casi a traición desde algún crucero. Los rusos, indios, brasileños, mejicanos y chinos que suelen pasar sus vacaciones en Ibiza suelen ser gente de posibles y están en el cacumen de los nuevos millonarios. Son los tycoons del sol naciente o de la mafia rusa. Vienen forrados. Uno se da cuenta enseguida, porque precisamente a eso aspira el nuevo rico: a exhibir sus poderes.
Pero claro, vienen pocos, por esto mismo se hacen muy visibles. Los chinos que trabajan aquí son invisibles y pasan su vida sutil y evanescente en un entramado mafioso, opaco, inaccesible. No veréis ningún chino muerto ni por supuesto enterrado en los cementerios europeos. Los buenos chinos nunca mueren. Por el contrario, los chinos turistas lucen vozarrón metalizado, joyas y gesticulan como si fueran napolitanos.
Ay, la difícil tarea de pasar por millonario. Pero nadie crea que compran lo que todo el mundo: los chinos se pirran por comprar retretes y comida de bebé, al menos los que viajan a Japón, Tailandia y Corea del Sur, que son sus tres destinos preferidos. Los que vienen a España o a Ibiza a la fuerza han de elegir otros gadgets, porque no vas a trajinar la taza del váter durante todas las vacaciones, por muy chino que seas. Esto me plantea una pregunta metafísica: ¿Dónde han evacuado sus necesidades los miles de millones chinos durante sus cinco mil años de historia?
Los chinos se sorprenden de que en Ibiza el papel de váter sea gratis en los lavabos y sufren tremendas tentaciones de jibarizarlo y llevárselo puesto, pero se resisten. Ahora las Pitiusas empiezan a recibir chinos. En 1979, el islandés Erro, expuso en la Fred Lanzenberg 'Los chinos en Ibiza' una exposición muy divertida, porque aquellos invasores vestían camisas Mao color verde oliva. Hoy no. Es más que probable que muchas de las chinas en Ibiza prescindan incluso de las bragas de seda y se desperecen resacosas y semidesnudas en alguna playa llena de medusas y de merluzos.

sábado, abril 11, 2015

La bici en mi salón

Me entero de que Ibiza por fin es algo importante: miembro de la red de ciudades españolas en bicicleta. Por fin el Consell anuncia una medida cósmica que puede cambiar la vida de nuestros ciudadanos y de nuestra ciudad. Y diría más, quizás sea la medida estrella, la más señalada y la más útil, pero siempre y cuando todos los consejeros y concejales cojan una bici y vayan a sus tareas montados en las dos ruedas y que suban Dalt Vila al menos dos veces al día.
Yo he visto al presidente del Consell Insular montado en la bici como quien se monta en la poltrona del cargo político. Conoce el tema. Pero me temo que han dedicado más entusiasmo que ciencia a esta iniciativa, tan inútil como fue la defensa (yo desde 1972) de la supresión de las barreras arquitectónicas o el fomento del uso de los vehículos eléctricos.
Sacan la noticia, crean una lista de cargos de amigos, salen en el Diario muy contentos y al cabo de unas semanas el asunto cae donde todos: en la fosa común cavada por los políticos. Calcados, irresponsables y derrochadores, y lo comprendo: como llegara un alcalde o presidente que comenzara a quitar gasto de personal, empresas fantasma y cargos para los cuñados, el mundo se hundiría. Su mundo. Pero por no hacer esto precisamente nos están arrastrando a todos, a la sociedad civil, al fondo del barranco.
Llevados por el entusiasmo, declaran a las agencias de prensa que Ibiza es la primera ciudad balear en lograr tan descomunal récord: bicis, somos biciclófilos. Y presumen de tal memez. ¿De qué van a presumir si no? Otro escribe desde Palma –para chinchar a los mallorquines, que son muy malos– que «Ibiza se posiciona como la Amsterdam isleña». Se posiciona ¿entienden? Agarra un sitio en el pelotón y no se lo va a quitar nadie ni a codazos. Posición: atrincherados en las tonterías y los derroches sin sentido.
El uso de bicicletas en Ibiza sería adecuado y lo suele ser para las específicas de montaña, con todas las apreciaciones que se quiera, pero no le veo mucho futuro en la ciudad. Primero, lo único que harán las bicis dentro de Vila es ocupar un sitio donde ya no cabe ni un alfiler: las aceras. Entre las farolas, chiringuitos, portones de servicios varios, bocas de riego, vomitonas británicas e imprevistos, apenas hay una sola acera en Ibiza donde pueda pasar una silla de ruedas o una polimamá con sus gemelos. Después, ¿dónde la dejas si pretendes apearte? Amsterdam es llana, Ibiza es bronca y faltona.
Con buena intención, ustedes sobran casi todos en su mayoría. ¿Cinco ayuntamientos y un Consell en Ibiza? ¿Un ayuntamiento y un Consell en Formentera? Con razón no queda un euro para hacer nada útil que beneficie de verdad al ciudadano.

miércoles, abril 08, 2015

Los fenicios siguen siendo católicos

Llama la atención la concurrencia a los actos religiosos en Ibiza y en Formentera. A mí no. En primer lugar no es un fenómeno exclusivamente pitiuso, está ocurriendo en toda España por mucho que durante décadas se haya silenciado. Nunca ha dejado de ser así, aunque es posible que en los últimos años el fenómeno se haya acentuado.
Hay cifras sobre esto, pero haría falta reflexionar un buen rato para discernir las causas. ¿Puede haber multiplicado los católicos practicantes la millonaria migración de hispanos latinoamericanos? ¿Los propios españoles se han ido hartando de la estupidez del consumo en cadena y de los becerros de oro tan cultivados en las telebasuras? ¿Que un sector de nuestra juventud busca una vida más espiritual, desechando la porquería suicida de las drogas, las discotecas y otros ritos urbanos sin futuro? ¿Han ayudado las afluentes filosofías orientales que recomiendan cultivar el espíritu, la mente y cultivar la serenidad y la meditación? ¿Es posible que la creciente cristianofobia en algunos sectores haya actuado como factor motivador que ha despertado conciencias dormidas y ha abierto otras que estaban flotando en el vacío de la nada de la sociedad de consumo egoísta? ¿La vertiginosa migración musulmana, con sus nuevas exigencias y sus nuevos retos ha movido a algunos cristianos creyentes a volver a practicar en el seno de la Iglesia?
Ya tenemos algunas preguntas por si alguna congregación o grupo urbano quiere pasar el tiempo descifrando este enigma que afecta a las raíces de la sociedad, pero también imprime carácter y forja nuestra psicología como individuos. Muchísimos jóvenes tienen claro que no les interesa la excitación química de la covacha electrónica como algo habitual en su vida y buscan otras salidas que les templen la personalidad y les proporcionen respuestas para el sosiego. Ya han descubierto que construir supone un arduo camino con algunas privaciones, pero que es mucho más gozoso y grato que destruir lanzándose al vacío hacia la nada.
Otros quizás hayan superado la fase de rebelión adolescente contra los padres y los mayores y hayan decidido explorar una vía más heredada: ¿y si nuestros abuelos hubieran tenido razón en algo?
Por lo demás, no puede ser ajeno el prudente pero continuado uso de los medios y las redes sociales en la propia Iglesia. Hasta el Papa Francisco tiene una cuenta activa en Twitter. Muchos párrocos ya olían a oveja antes de que lo recomendara el Papa Francisco, y mantienen una actividad difícil pero con esperanza en su entorno.
Todo esto lo sabemos: amor, tradición, curiosidad, sentido de grupo, fe, ilusión. Es un hecho que hay un despertar. Los españoles se sienten católicos, aunque solo van a misa los domingos un diez por ciento. España ha dejado de ser católica, dijo Azaña, como dijo otras tantas tonterías. En realidad, no. A su manera España sigue siendo católica.

sábado, abril 04, 2015

Ningún fenicio habla mal del Caribe

Para los europeos que pagan en euros, Baleares es mejor que el Caribe, decía. Pero que nadie interprete esto como un desprecio a las instalaciones caribeñas ni un asomo de duda sobre la calidad de sus aguas y la riqueza de su pesca. Ningún fenicio que se precie hablará mal del Caribe. No solo nos gusta: nos encanta. Y en todas sus facetas, entre las cuales el amor no es la más insignificante. No pocos ibicencos (¡e ibicencas, está lleno de ibicencas!) van al Caribe a enredar y acaban ellos presos en las redes rítmicas de alguna mulata espabilada.
Más lejos aún, gran parte de los hoteles y urbanizaciones o resorts son propiedad de mallorquines o de ibicencos y les pasa lo mismo que al rey de Aragón, Jaime I, que cuando descubrió el clima y la belleza de Valencia jamás regresó a las montañas. Muchos hoteleros o directivos se van quedando en el Caribe hasta que... se quedan. Y allá permanecen.
Por esto, si habláramos mal del Caribe, en realidad estaríamos lanzando piedras sobre nuestro propio tejado. O sobre el tejado de los hoteleros ibicencos que se han hecho multimillonarios (y algún insaciable todavía no tiene bastante) trajinando alemanes y británicos de un sitio a otro.
Esto sí que es tráfico de blancas, mejor dicho, tráfico de paliduchas, que en pocos días pasan del pálido al rojo y después al marrón bronceado.
Gran parte del capital generado en Baleares –y aquí ya no empleo la palabra tráfico, cada cual sabrá cómo tiene sus cuentas y que le cuadren– ha ido a parar al Caribe para edificar enormes instalaciones que nos hacen la competencia a Baleares.
¿Se ha preguntado alguien por qué no hay turismo de invierno en Ibiza y Formentera? Hay muchas razones –excusas en gran parte–, pero hay un hecho incontrovertible: a menudo los propietarios de grandes hoteles de Ibiza son también dueños de grandes hoteles en el Caribe. En verano llenan Ibiza hasta reventar y en invierno se forran o se forraban vendiendo el Caribe.
Mallorca queda a salvo de la competencia por su propio peso demográfico. A Menorca no le interesa el turismo o le basta con sus vacas y con la riada de vacacionistas catalanes. Pero Ibiza está indefensa. El modelo de cuatro meses reventando a tope y ocho meses en la miseria y el paro ya no deja salidas y esto acabará por crear tensiones.
Los últimos cuatro años de bonanza han aconsejado a muchos empresarios baleáricos reinvertir en sus instalaciones en el archipiélago. Saben que son rentables y cuando llegue un descenso del turismo saben que solo les protegerá tener hoteles competitivos. Así que, de alguna manera, el turismo de hotel es como las habaneras, un cante de ida y vuelta, un capital de ida y vuelta. Este verano marcará el hito, el cénit y la cúspide de nuestra historia. Veremos.

miércoles, abril 01, 2015

Baleares, mejor que el Caribe

No lo parece, pero en cierta manera las islas Baleares y las islas caribeñas compiten entre si. Y se acabaron los años de placidez cambiaria, donde el euro predominaba sobre el valor del dólar. La volatilidad general tiene a todo el planeta en vilo y el euro parece destinado a quedar a la par con el dólar. Los agentes de viajes pagan a las empresas del Caribe en dólares, pero suelen cobrar en euros.
Esto, ahora es mal negocio para los paquetes turísticos, que han subido de una manera alarmante. Quien quiera viajar al Caribe este verano se encontrará con subidas del 10 o del 15% sobre lo previsto en Navidades.
Esto puede que sea malo para el Caribe y para los turoperadores europeos, que ven cómo se evapora su margen de negocio, pero una vez más, será óptimo para las playas de nuestro Archipiélago, ya de por si atiborradas con los turistas canibalizados al mercado de los países ribereños musulmanes.
Las Baleares serán el Caribe de muchos españoles y probablemente de muchos europeos de la zona euro, que sin duda preferirán comprar los buenos servicios, el buen precio y la mejor proximidad de las playas españolas de Baleares, Canarias y costas peninsulares.
No tengo cifras y dudo que en este momento las tenga nadie, es una extrapolación sobre los sucesos violentos del Mediterráneo y al proceso de debilitamiento del euro con respecto a otras monedas en curso.
Si el fenicio no se equivoca, el verano de 2015 será explosivo, como ya se anticipó en unas notas anteriores. Ningún verano habrá sido tan espantosamente concurrido como el 2015 si se cumplen las previsiones a finales de marzo. Tanto, que da un poco de miedo. En Ibiza, una islita que es una mina de oro para el Gobierno central, no hay dinero ni para remedar depuradoras ni lacrar y anclar el buen funcionamiento de los emisarios submarinos, que revientan cada verano un par de veces.
Recuerden el verano de 2014 y cavilen un momento. Si es aproximada la presunción de llegada de medio millón más de turistas ¿qué máquina va a dializar el aporte brutal de material a las depuradoras? ¿Qué emisario va a redimir líquidos y sólidos al fondo del mar costero? La cara y la cruz.
Baleares es preferible mil veces al Caribe, para muchos europeos. Sobre gustos no discutamos, pero tenemos que saber una cosa: todo saldrá bien y superaremos la prueba, pero en caso de que todo empiece a vomitar chafarrinones, la isla de Ibiza quedará estigmatizada para unos cuantos años. Pero quién sabe. A los millonarios les encanta el barro.