Que dice el alcalde de Vila que nos hace el gran favor de seguir manteniendo el nombre de Vara de Rey al paseo centenario (113 años ya) pero que dará a conocer el nombre de s’Alamera.
Quiero entender que el alcalde y los munícipes progres catalanistas destinarán 200 euros mensualmente cada uno de ellos para pagar esta campaña de introdución de la alamera. ¿Que no? ¿Que seguirán derrochando el dinero de los contribuyentes para ejecutar sus chorradas y caprichos pueriles?
Un político ha de saber cuando un tema queda zanjado, por perdido o por ganado. Pero estos voluntariosos muchachos y muchachas del ayuntamiento parecen proceder de una nueva hornada especial. Y ya veis los resultados. Si se mantiene el nombre de Vara de Rey ¿a qué viene promocionar un insustancial nombre alternativo? Quizás lo que le ocurre al alcalde es que tiene una envidia insuperable de la consejera del Consell Insular Pepa Marí, que cada dos semanas se saca una idea fenomenal de la manga para tenernos entretenidos o quizás para competir con aquella idea del presidente Vicente Torres sobre un tranvía, el sueño de todo niño del siglo XX. Son ideas progres, proyectos de envergadura que bien pudieran haber salido de El Quijote ingenioso. Una alamera no es otra cosa que la ribera de un río adornada con álamos o chopos, en su mayor parte. A veces las raíces se incrustan dentro del caudal de las aguas dulces. Nuestro gran poeta Antonio Machado fijó su atención en los álamos y los usó con prodigalidad para armar sus metáforas: –copian del agua del río las vivas ondas de plata.
En Ibiza no hay alameras o choperas. No existe la chopera Vara de Rey.