miércoles, diciembre 07, 2011

Fiestas y horarios a la española



En estos momentos España o lo que quede ella están de puen-te, mejor dicho de acueducto, mientras Merkel, Sarkozy y otros llevan reunidos desde primera hora de la mañana del lunes. ¿Estos agujeros en el tiempo, estos vacíos laborales nos benefician? Supongo que cada cual tirará para su causa, pero es evidente que perjudican seriamente nuestra economía. La hostelería y la restauración estarán encantadas con estos millones (¿diez, es posible?) de españoles puestos en ruta. Turismo interior, por lo que beneficia mucho.... a todos aquellos que nos hayan exportado material, servicios o inmigrantes.

Sería en una nebulosa sesión cervecera en Formentera, con Juan Ramón de la Cruz, Joaquín Francés y alguien más, cuando se nos ocurrió ofrecer alicientes a todos aquellos trabajadores que no se tomaran las vacaciones en agosto. Es decir, quien eligiera mayo, junio, septiembre y octubre tendría diez días más de vacaciones. No sé si el invento funcionaría, pero al menos descongestionaríamos la masa avasalladora de turistas en Ibiza y en Formentera.

En cualquier caso, ni Ibiza ni nadie puede poner a los pies de los caballos su paisaje, sus costas –que en realidad son nuestro petróleo, que vendemos a precio muy superior al crudo– porque a unos señores que tienen discotecas o que venden lanchas les viene bien para redondear su recaudación. Ibiza ha de ser mucho más que esto.

Viven en Ibiza unos 150.000 habitantes y es de esperar que tengan opinión y que sea respetada por estos temibles políticos del Partido Popular, temibles al menos en este aspecto demoledor del entorno.

En Ibiza no cerramos las empresas en julio ni en agosto, muy al contrario, hacemos las huelgas a la japonesa: trabajando endiabladamente más de la cuenta. Ni siquiera respetamos las fiestas de guardar ni los puentes de las Fiestas de la Tierra en agosto. Los ibicencos que trabajamos en servicios redoblamos esfuerzos para levantar un poco nuestra economía y la de nuestro jefe.

¿Habrá alguien en algún Ministerio que se proponga, bien sea paulatinamente, bien sea de forma errática y súbita como ha hecho el PSOE-ZP, introducir cambios sustanciales en los horarios españoles? ¿Y en el calendario de fiestas? No me extrañaría. De hecho, si bien lo pensamos, nuestros horarios son demasiado dilatados, dispersos y (no sé si hay una razón de causa-efecto) nuestra productividad es bajísima, al menos si nos comparamos con las principales economías con las cuales tenemos que competir. Hay que trabajar menos y mejor para aumentar productividad.

Actualmente el calendario de fiestas me parece un desbarajuste. Incluso se permite a cada comunidad autónoma (yo les suelo llamar cacicatos, pero la palabra correcta sería cacicazgos; otros les llaman taifas) elegir un determinado números de fiestas. De manera que si estás trabajando en una oficina de Ibiza y has de hacer un pedido telefónico has de tener delante un buen calendario que especifique las fiestas nacionales, las autonómicas, las comarcales, las regionales y a veces las municipales. ¿Alguien pondrá coto a esta orgía que tiñe de rojo nuestro calendario y sangra nuestra economía?