miércoles, noviembre 24, 2010

Turismo, volver a empezar



Como en la película de Garci, noto en las palabras del empresario Vicente Juan Guasch una inmensa carga de nostalgia. Me temo que los amores otoñales pitiusos tendremos difícil recuperar asignaturas pendientes, porque la única pendiente que conocemos es hacia abajo.

En Vicent Guasch es casi un mito entre los hoteleros y los empresarios de Ibiza, y lo es con todo merecimiento. Creo que es un ibicenco modélico, que ha trabajado mucho y ha dejado trabajar, y que ha puesto su capacidad de inventiva al servicio de un proyecto que ha ido remodelando con el paso de los años. Como debe ser.
Más admirable –forja de indomables, diríamos siguiendo con los símiles cinéfilos– ha sido su continuo bregar, superando un aparatoso accidente que le dejó ciego.

Si es cierto que la etimología de la palabra ´inteligencia´ proviene del latín intus legere, leer hacia dentro, Vicente Juan Guasch hace honor a esta palabra, porque él sigue viendo la realidad, analizándola y tomando decisiones, es de suponer que una vez hechas todas las consultas pertinentes, es decir, como hace todo el mundo sensato. Son muy merecidos los premios que se le han ido otorgando, incluyendo este Oscar a toda su carrera por un trabajo excelente. Enhorabuena. Hasta aquí mi atenta felicitación y mi admiración por el trabajo bien hecho de un gran hombre, de un forjador del turismo de Ibiza.

Pero hay algunas cosas que me gustaría matizar. Que el agradecimiento y la admiración no nos lleven a perder una ocasión de discrepar. Lo haré sin tapujos. Naturalmente que Ibiza ha de mantener lo que ha conseguido en turismo, y para ello nunca debe perder de vista que vivimos del turismo y no del ladrillo, del cemento, de vaciar montañas ni de tapiar las costas. O sea, para mantener lo que se tiene, en todo caso hay que soltar lastre, fundir los michelines y mantener una velocidad de crucero.

Ibiza, don Vicent, está agotada. Se han hecho muchas cosas mal, llevados por la euforia y por la codicia. Muchas. Y como consecuencia hemos acabado con los recursos y lo importamos todo: ladrillos, cemento, piedra, agua, verduras, combustible, energía. Volver a empezar es imposible, amigo mío. Y mantenernos nos costará mucho.
 Seguir rellenando las costas (puertos, clubs) o los campos convertidos en greens es tarea inútil. Abrimos un campo de golf y a los pocos años ya estaba abandonado. Mira, Vicente, tú que has viajado y conoces España, si los centenares de campos de golf de Murcia, Alicante, Valencia, Granada, Tarragona, les han librado de la crisis o si les supone una inyección importante durante el invierno.

No. Nuestro negocio es el turismo.


 Con la falta que hacen los constructores y los promotores en Haití, Chile, Irak, Afganistán, Argelia, etc., ¿qué hacen en Ibiza, rellenando los pocos huecos vacíos que todavía quedan?

Le leo otras ideas muy acertadas, en mi opinión: sobran camas de baja calidad y se necesitan de cinco o de cuatro estrellas. Hay que cuidar las infraestructuras. Yo diría de la isla entera. De la integridad de lo que quede de Ibiza. Molts d´anys, Vicent!