sábado, marzo 30, 2013

Cencerradas

Cencerros de Grazalema, pero los hay en toda España

Cuando en Ibiza sonaron algunas cacerolas como recio instrumento musical de protesta me vino a la cabeza un pensamiento: «Una nueva aportación cultural de la izquierda y además muy adecuada para facilitar los recursos de la reflexión y el pensamiento».
Obviamente yo me estaba equivocando, porque en el origen geográfico de la cacerolada (Argentina, Uruguay) no encontramos lo que podríamos llamar por convención una ´izquierda´ en exclusiva. La cacerolada aúna en una síntesis final a la miseria y a los miserables más absolutos, víctimas sin duda del saqueo más cruel por parte de las clases dirigentes, sean justicialistas, peronistas o conservadoras. El ladrón no tiene ideología y es hongo que crece abundantemente donde quiera que las circunstancias le ofrecen las condiciones imprescindibles: poder, impunidad y descontrol.
Ahora nos llega de Montevideo y de Buenos Aires una modalidad (iba a a escribir nueva, pero no lo es) muy contagiosa: el escrache. En Chile le llaman funa, en Perú se conoce por roche.
Digamos la verdad: en España, una parte del país puso de manifiesto su brutal violencia con lo que se ha ido conociendo por kale borroka. Las adacolaus y algunos anarquistas pretenden atemperar el calificativo y se irritan si se les recuerda que esta delictiva actividad está tipificada en el Código Penal y constituye delito con agravantes evidentes.
Aznar cortó de raíz esta ocupación violenta de las calles en lo que se llamó eufemísticamente ´terrorismo de baja intensidad´. No tan baja.
Retuercen la ley y la lógica, aprovechándose del drama humano que constituye un desahucio, aunque curiosamente este impulso de bondad cristiana solo les ha empezado a afectar cuando gobierna el PP y no cuando han visto que al menos seis millones de españoles perdieron el puesto de trabajo. Muy burdo.
Incluso en el País Vasco los escraches irán –leo hoy– dirigidos contra Barreda y Basagoiti, pero no contra quienes gobiernan o han gobernado el País Vasco: IU, PNV, Bildu, PSOE, etc.
En fin, la conclusión es transparente: en general, son los mismos –a veces muy bien subvencionados– que estuvieron en el 15-M o en los actos vandálicos de okupas que arrasaron la zona de Gracia en Barcelona durante años con total impunidad, bajo la mirada complaciente del tripartit.
Ellos no lo saben, pero este acoso a personas y cosas es muy antigua. En Ibiza teníamos la cencerrada, contra aquellos viudos que volvían a casarse y las empaiades (empajadas, de paja). Hace unos meses se hizo una empaiada a un cargo político del PP de Formentera. Bueno, las cencerradas solían acabar en sangre, motivo por el cual las prohibió Carlos III (siglo XVIII). Ahora regresa esta porquería y el Partido Popular, con mayoría absoluta, se queda silbando, hasta que ocurra alguna desgracia irreparable.

miércoles, marzo 27, 2013

Unas cifras muy extrañas

Montaje apocalíptico de Iñigo Morales de Rada

Desde hace algo más de un año tengo una sensación muy extraña: me gusta leer las cifras siempre que no sean prolijas, en tablas interminables, porque sintetizan un hecho, situación o tendencia con la contundencia cuadrada o cuadriculada donde las palabras no llegan, ni siquiera las palabras exactas de un poeta grande como Kavafis, o como Rosselló-Pòrcel, quizás el mayor poeta de Baleares del siglo XX, aunque esto es opinable.
¿Y cuál es el problema? Que las cifras me describen la realidad, pero no me la explican. Y muy a menudo me desconciertan, porque los hechos que yo voy conociendo contradicen incluso la frialdad matemática que el Diario suele publicar en primera página.
Voy a poner unos ejemplos, pero hay decenas: «Vila fue en 2012 el destino turístico español con mayor rentabilidad de sus hoteles». Pues, vaya, como diría el desternillante señor Jeeves de Woodehouse, cómo estarán los hoteles españoles. Vila, Eivissa, Ibiza ciudad, es donde los hoteles aprietan más a los clientes. No me cuadra, ya sé que los hoteles ganan dinero, y la prueba es que se agrieta la torre de la catedral, se cae el Museo Arqueológico de Dalt Vila –cerrado ya para toda la eternidad, no lo duden– pero hoteles, lo que se dice hoteles, no se derriba ni se cae ni uno, como no sea para volver a construir otro hotel.
Aquí el único hotel que yo recuerdo que fue dinamitado por un ministro de Franco fue el Insula Augusta (¿1972?), propiedad de un joven empresario pitiuso que se llamaba Abel Matutes Juan y se sigue llamando así, gracias a Dios, porque sigue bien vivo, y que no hay que confundir con su hijo, Abel Matutes Prats, un importante refuerzo en la labor constructora del grupo Matutes.
Por lo tanto, no entiendo la veracidad de esta cifra, como se me escapa cómo puede ser rentable una estación de buses donde se cobran 5 euros por entrada y salida, un precio muy superior a los de la inmensa mayoría de ciudades españolas. ¿Tendremos que huir todos de Ibiza?
Ya verán como al final alguien del Partido Popular firmará este disparate que nació como engendro diabólico en tiempos psocialistas, como no es de extrañar.
Tampoco me cuadran los números de población. Que Ibiza aumenta, que va a aumentar..., todos los casos que conozco, y ya hace años, me informan de un vaciamiento de Formentera y de Ibiza. ¿Es probable que estén empadronados en algún municipio de las Pitiusas muchos de los que se van a Teruel, Soria, Extremadura, Almería, Vietnam, Goa, norte de la India, Marruecos, sur de Portugal, etc. para pasar un invierno más barato y más habitable? Puede ser. ¿Entonces? No lo sé, tendría que pensarlo e informarme mejor: nacen muchos niños, hijos de inmigrantes, pero me gustaría saber si se va a mantener esta constante paridora cuando tengan que hacer frente a los precios de la cesta de la compra en ambas islas. No lo sé. Los datos no me explican gran cosa.

sábado, marzo 23, 2013

El verano de las víboras



Todas las previsiones conocidas para el próximo verano son magníficas, mientras en toda la Península cae la nieve en abundancia. Mucha nieve en 2013. Y mucha agua. Los augurios parecen felices y todo ello nos llena de esperanza porque nos anticipa un verano lleno de bienes, de crótalos y de tiburones atiborrados de pastillas.
Pero ocurre que el personal ya no comulga con ruedas de molino. Casi dan un poco de pena estos consejeros/consellers que regresan de viaje y nos explican que la isla se llenará de alemanes, que hay muchos rusos que pretenden venir a Ibiza. Caen una vez más en la vieja confusión de identificar Ibiza con las Baleares. Una cosa es Mallorca y otra cosa es Ibiza y este verano servirá una vez más para confirmar lo que ya sabíamos: Mallorca trabaja para sí misma. Incluso se permite el lujo de exportarnos sus folloneros, pues tienen un excedente y no saben digerirlos ni recolocarlos.
«Las islas están sometidas a una fuerte presión del nacionalismo español», dice Cristòfol Soler, un pancatalanista catalanizador que viene a ilustrarnos a los pobres ibicencos y a liberarnos del horrendo yugo español. Pues vaya, gracias Tòfol, pero preferimos que desde Mallorca nos mandéis rusos y alemanes (los españoles somos así de raritos) en vez de catalanistas, que son españoles periféricos inflamados en busca de subvenciones. Y que se creen con derecho a vivir del cuento sólo por el hecho de discrepar de la lógica de la mayoría. Española. ¿Les gustaría a los mallorquines que les mandáramos a los cinco mil empastillados que han de ir a urgencias? Pues eso, que cada cual cuide su cosa: no nos manden sus problemas. Quédense con sus folloneros.
Porque las previsiones serán muy buenas, pero la realidad es muy mala. Estamos en una sociedad donde en noviembre no queda ni un solo empleo que llevarse a los dientes. Las Pitiusas registraron el menor número de empleos desde el 2005. Y esto no puede ser bueno. Y con la estructura social, laboral, con el calendario turístico, esta será la realidad a partir de ahora, por muchos megaproyectos que nos vendan como gran solución. Pura tramoya, cuentos sin sentido. Incluso los comerciantes lo han detectado.
Ha llegado a tal punto de saturación y de polarización que ya nadie disimula: aquí volveremos al canibalismo, donde unos se comerán a los otros y viceversa.
La ultraizquierda levanta su mirada hacia papá Estado, el mismo que ellos han conseguido arruinar y quebrar en los últimos ocho años. Y tan es así, que el Consell parece dispuesto a tirar la toalla: no hay un centavo, las arcas llevan vacías hace mucho tiempo y no se volverán a llenar aporreando cacerolas ni gastando los pocos euros que nos quedan ensuciando sábanas con los carísimos esprays.
La revolución cuesta un dineral y las terminales del Estado (Consell y ayuntamientos) no tienen apenas para pagar el personal. Snif.
Por esto suspiramos tanto por unos miles de rusos y alemanes, pero ¿vendrán o se quedarán en Mallorca? Esto está lleno de víboras.

miércoles, marzo 20, 2013

Ibiza, la más potente

Ibiza, vía Ibizaisla

Tanit, la Poderosa, la faz de Baal, decían los antiguos cartagineses. Los modernos cartagineses de Ibiza podemos decir de Ibiza que es la más potente, como defendí casi en solitario ante el primer mandato del Pacte de Progrés, cuando aquellos iluminados –en general son los mismos que todavía circulan hoy ofreciendo soluciones mesiánicas para Ibiza y para el planeta en general– quisieron tumbarnos el nombre. El último caso aparece en Twitter, una red social de micro-blogging que tiene 36.993 usuarios en Baleares y la que mueve más seguidores es Ibiza, por delante de Carlos Moyá, Rafael Nadal, Menéame, Air Europa y otros grandes.
Esto vale mucho dinero, una fortuna, porque revela la aceptación y el interés que despierta el nombre, el topónimo –otra cosa es la realidad y su traducción en dinero que revierta en los isleños o en la propia Ibiza–. Revela también la popularidad que ha alcanzado esta extraña isla. Si estas cosas pudieran estar a la venta, la marca Ibiza como destino valdría una suma astronómica. Para darse una idea, no sería nada descabellado comparar su valor con el Museo del Louvre o del Prado. Aposta incluyo un paralelismo tan imposible, evanescente, como opinable. Pero esta es la situación.
Cuando el Pacte de Progrés atentó e intentó borrar el nombre de la isla para sustituirlo por Eivissa, este fenicio todavía no usaba Internet, aunque sí el ordenador personal, pero tan solo para escribir y archivar. Me parece recordar que fue a finales del siglo XX, quizás en 1999 o en el mismísimo 2000 (el efecto apocalíptico de la cosa no deja de tener su guasa). Corríjanme las fechas si me confundo.
Aun sin disponer de Internet cualquier persona que se mueva en el mundo de los negocios, las marcas y el marketing sabe lo difícil y lo costoso que es arraigar una palabra, un objeto, una impronta nueva y que perdure en la mente del consumidor. Pues bien, Ibiza gozaba de estas cualidades y de esta privilegiada posición.
Más divertida me resulta la cuestión cuando me entero de esta noticia leyendo el Twitter de mi querida Pilar Costa, la misma que presidía el gobierno que quería cargarse el nombre de Ibiza en aquella desgraciada ocasión. Y retuitea el asunto: Ibiza es la marca de Baleares que más seguidores tiene en Twitter.
Imagino que lo dice con tono apreciativo y que quizás no fue directamente su cabeza quien la indujo a cometer una barbaridad que conseguimos neutralizar a tiempo, sino estos aciagos partidos catalanistas que pululan por las islas esparciendo puñetas y majaderías sin fin: A lo mejor piensan que ´Ibiza´ está contaminada y que Eivissa goza de una pureza fundacional que nos salvaría de la mugre vital.
Por su parte, Tarrés avisa al mallorquín Carlos Delgado: «No conseguirá cargarse la marca Ibiza por mucho daño que haga». Lo sabe él bien y por experiencia propia. Ni los nacionalistas, ni una parte del PSOE ni desde el Consell juntos lo consiguieron
Muchos ni saben que Ibiza/Eivissa es la misma palabra y tiene el mismo origen. Sólo que la primera vale una fortuna y la segunda es muy bonita para hablar con la abuela de San Mateu. Memoria histórica.

sábado, marzo 16, 2013

El enemigo quizás está dentro


Recordemos que Mallorca es nuestra peor y más intensa competencia directa, un poco más incluso que Cataluña. Y Carlos Delgado es mallorquín antes que ministrín del Turismo del Govern balear. Es vulnerable, a pesar de su escopeta y de sus ritos iniciáticos cinegéticos. Ya saben: al cazador que cobra su primera pieza se le ponen las criadillas por corona, en un rito de sangre antiguo. 
Pero hasta aquí, sólo hasta aquí, señor Delgado. Ibiza no son los huevos de un ciervo y el turismo es nuestra única fuente de ingresos, con cien mil plazas hoteleras (Juanjo Riera me corrigió y lo dejamos en 80.000 si no recuerdo mal, pero...). Esto significa que el cargo de ministrín de Turismo es el más diplomático de todos y quizás el único que requiere un espíritu refinado capaz de hacer malabarismos entre Ibiza, Mallorca y Menorca, sin olvidar Formentera. 
Obviamente, Delgado, que alguna virtud tendrá, al menos virtudes preelectorales, porque una vez en el poder ha olvidado sus promesas, no dispone de estas cualidades, ni refinamiento ni quizás voluntad, esto ya no lo sé. Y sin embargo no dijo ninguna tontería cuando excusó la ausencia de alemanes en Ibiza: «se ha convertido en un destino caro» y defendió el éxito menorquín y mallorquín porque «ofrecen mayor diversidad de productos y no están centrados en el ocio nocturno, tienen menor estacionalidad y mejores precios».
 Pero, precisemos. A ver, que Ibiza es más cara en muchos aspectos es un dato objetivo y que el ocio nocturno acapara un altísimo porcentaje del dinero que llega a Ibiza es otra obviedad. Pero, por desgracia, Ibiza tiene en oferta otras opciones mucho más accesibles, como los paquetes del todo incluido y alojamientos bien de precio, en mayo y octubre. Que los tres meses punta sean caros me parece de lógica y, salvo las discotecas, dudo que sean más caros que sus equivalentes en Mallorca.
Sí, claro, hay más diversidad en la isla de Juan March, por algo es unas seis veces mayor que Ibiza y en habitantes unas 8 veces más (hablo a lo bruto, sin hacer números). Pero la explicación al fenómeno la di el mismo día que Delgado hacía estas declaraciones, en ´Se buscan alemanes y rusos desesperadamente´. Puedo darle detalles muy concretos, pero todos nos llevan a una competencia desleal de Mallorca con respecto a Ibiza. Y esto sí que es un problema y se agravará si Delgado no cambia de actitud. Aparte, es cierto que el alemán penaliza los destrozos paisajísticos. 
Quizás no sea toda la culpa del consejero, pero no es necesario añadir el escarnio sobre la desgracia. En dos palabras: los alemanes venden plazas a Mallorca y hasta que no esté todo vendido, no comienzan a mandar clientes a Ibiza, por aquel efecto rebose que expliqué. Y esto lo sabe todo el mundo. Otra cosa más alarmante: ¿Ha pensado alguien que, quizás, a los dos o tres grandes grupos hoteleros pitiusos no les interesan mucho las remesas de alemanes en mayo o en octubre?

miércoles, marzo 13, 2013

Se buscan alemanes y rusos desesperadamente


Tertulia. No hay reunión en Ibiza donde no se lancen los más aventurados pronósticos sobre el alcance de la crisis y la ocupación turística de los próximos meses. El viejo fenicio se rasca la cabeza cuando lee que las previsiones de ocupación alemana han aumentado un 12% y disculpen que saque cifras en una tertulia. Pero necesitamos este dato para avalar lo siguiente. 
Cuando leí esta información en la prensa balear, yo ya conocía el loco afán de la consejería de turismo de Madrid, de Vascongadas y de Catalonia por hacerse con los rusos. Y con los alemanes, añado. Por esto no caí en la trampa de Bauzá. Son demasiados años de seguir los ardides (de los políticos) mallorquines como para caer en sus trampas semánticas y estadísticas. A fuer de repetitivos han acabado por ser transparentes. 
Como es lógico, una semana después lo avisan los empresarios turísticos pitiusos, es decir, cuando los políticos se refieren a un aumento del turismo alemán, es cierto, siempre y cuando quede circunscrito ¡a la isla de Mallorca! 
Ibiza a esperar en la cola. 
Estos individuos, más primos que hermanos de los ibicencos, suelen cuidarse mucho de desglosar las informaciones y las cifras, para vender virtualmente un éxito que solo se reduce, en todo caso, a Mallorca y nada más que a Mallorca. Este mismo fenicio ya hace años que usa una expresión que encuentra muy graciosa: 'efecto rebose'. ¿Qué es el efecto rebose? Muy fácil: no vendrá un sólo turista alemán mientras los turoperadores germanos no tengan llenos los hoteles de Mallorca. Cuando rebosen y les salgan los hamburgueses por las orejas, entonces y sólo a partir de entonces, comenzarán a mandar turistas a Ibiza.
Este fenómeno es muy irritante para los ibicencos, que suelen tener mejores ideas, más exotismo y más capacidad de innovación en el turismo del ocio nocturno que sus compañeros baleáricos. Pero estos aprovechan la pura fuerza demográfica para arramblar y apropiarse de lo ajeno. Incluso del dinero de los pitiusos. Y atención a la guerra que se avecina: Mallorca intentará acaparar todo el turismo de cruceros. Como ahora mismo está intentando captar el apetitoso turismo ruso, al cual pretenden canalizar hacia Mallorca y se sienten muy contrariados cuando en Rusia sólo les hablan de Ibiza. Bueno, de las discotecas de Ibiza.
Pero la guerra de los cruceros será feroz en los próximos diez años, si antes la contundencia de los políticos ibicencos no consigue imponer cierta dosis de cordura y equilibrio, pero ya podemos imaginar que esto es pedir peras al olmo. No es de extrañar que Ibiza desde el año 2000 al 2012 haya perdido 210.000 turistas alemanes. En parte es debido al enorme desgaste ecológico de nuestra isla, pero también al cambio de mecánica de los hoteleros, pues Mallorca ha recuperado en el mismo período 468.000 turistas alemanes. Se rasca la cabeza el fenicio..., la única solución es que los políticos ibicencos.... bah, pero es perder el tiempo... Están cansados.
(Foto vía Ibiza.travel)

sábado, marzo 09, 2013

Pitiusas, la carísima soledad


Parece que los días pasan volando, los meses, los años, pero quien quede varado en Formentera o en San Antonio, los dos puntos de España donde la gasolina es más cara (la gasolina y otras cosas) no pensará lo mismo. Los inviernos se hacen interminables. Son pocos los que se atreven con todo un invierno en Formentera, incluso en Ibiza. George Sand pasó los meses fríos en Mallorca y lo inmortalizó en su 'Un invierno en Mallorca', donde cuenta las perrerías que algunos salvajes mallorquines le iban gastando en Valldemossa. En fin, quien quiera comprobarlo puede sentarse en la biblioteca a leerlo o descargarlo por internet.
Internet ha sido precisamente el mejor amigo del hombre en estos últimos cinco años. A los amantes de la lectura, los videos, la televisión, el cine, ha llegado el wifi como una bendición, una remisión de pena de soledad.
Ya saben lo que hacen los carceleros y los alcaides cuando condenan a la cárcel, con agravante de incomunicación. La cárcel es llevadera y más o menos todos vivimos en una peculiar cárcel personal, amurallada por los hábitos, los complejos, las deudas, la miseria o la enfermedad. Pero lo jodido de verdad es la incomunicación.
En este aspecto también internet está induciendo a una maravillosa renovación de las ideas, de la información, al permitir el contacto asiduo y estrecho.
Y vuelvo a Formentera y a San Antonio: no es poco el invierno miserable, que aún castigan a los ciudadanos con los precios más altos de España (y los de España, esto lo añado yo, son, hoy por hoy, de los más caros de Europa: y los de Europa son los más altos del planeta Tierra).
Uno queda muy extrañado, pero sin olvidar aquella multa reciente a las navieras que operan en las islas, unos 54 millones de euros, por haberse puesto de acuerdo para anular los efectos de la competencia. Espero que los centenares de sobrantes funcionarios públicos sigan controlando a esa gentecita que tanto quiere a Ibiza.
Ignoro cómo se controlan los precios de las gasolineras. Es un tema que no he investigado, pero no iría mal que nuestra conselleria abriera bien los ojos y fuera tomando notas.
Tampoco nos vamos a poner paranoicos por unos centimitos arriba en los sitios donde más falta haría una buena competencia. En realidad, basta repostar diez kilómetros más abajo o más a la derecha. Pero yo quedo muy escamado.
¿Por qué ha de ser más cara la gasolina en Formentera y en Sant Antoni? Hombre por el transporte. Ya, pero ¿es que la gasolina de Alcázar de San Juan, Socuéllamos o Benidorm no hay que transportarla? Hay pequeños mitos domésticos que sólo esconden retraso, abusos y mangancia.
Ha bastado la llegada de Mercadona para dejar a unos cuantos listillos con la boquita callada ¿o es que Mercadona no transporta las cosas?

miércoles, marzo 06, 2013

Turismo 2013 o no te rías que es peor

Acción en el Metro de Moscú: ya se preparan para irse de vacaciones a Ibiza

Mejor no cantar victoria antes de tiempo. «No diguis blat que no estigui dins es sac i que no estigui ben fermat». O sea, no le llames trigo hasta que no esté en el saco y el saco bien cerrado. Hablo de las previsiones turísticas triunfalistas que van cayendo sobre el ánimo de los pitiusos, tras los éxitos sugeridos en las ferias al uso. Claro que tenemos derecho a constatar unas previsiones optimistas, yo mismo he hecho lo mismo en estas notas. Vivir en la eterna desgracia se hace mucho más insoportable. 
Pero cuidado, echemos mano de la memoria, que para algo ha de servirnos, y recordemos la inoportuna efusión de cenizas de los volcanes islandeses (y volverán a vomitar ya veremos cuándo), los estruendosos movimientos sociales que afectan a todo el mundo (a unos pocos para bien). No olvidemos la manía de las guerras. Grecia. Túnez. Egipto. Pestes porcinas o gripes aviares. Y como éramos pocos, acaba de parir la abuela Italia, con quienes compartimos Ebusus desde hace más de dos mil años y hoy mismo les hemos dejado Formentera en exclusiva para que se desnuden sus hermosas ninfas etruscas y romanas de abundantes senos. De manera que ya podemos ir elaborando un plan B para el caso de que nos acucie la barbarie o nos caiga una desgracia, que esto nunca se sabe. No nos confiemos.
Un repaso somero a la pizarra nos deja ante un buen verano, esta es la verdad: Gran Bretaña aguanta el temporal, por mucho que le afecte la crisis: Alemania ya da por descontado que su productividad desciende y que la crisis no se aleja, pero por suerte esto ya lo saben desde aquel 1989, año de la reunificación germana, y dan por sentado que los diez días de Mallorca o Ibiza (los menos) no se los quita nadie. ¿Y Francia? Mal ¿E Italia? Mucho peor que el 2012 ¿Y España? Un auténtico desastre. De manera que todos estamos a la espera del turismo ruso. No es difícil extraer algunas conclusiones de urgencia, aunque en Ibiza vivimos en una extraña burbuja, en la que el narco-turismo de drogas-música-discoteca ha expulsado al auténtico turismo que compartía la isla a lo largo de medio año. El turismo normal ya puede darse por perdido y no volverá mientras la isla sea una jaula de locos y de locas. Recuperar el turismo alemán será laborioso.
Formentera ha tenido un año para reponerse de la sorpresa que supuso la deserción del turismo italiano, y más les vale, pues Italia en algunas cosas está incluso peor que España. Cuando hablamos de desempleo, estamos diciendo pérdida de turistas, como no puede ser de otra manera. Los servicios públicos, como en nuestro país, están siendo recortados sin piedad. El poder adquisitivo se ha derrumbado. Incluso el Papa se ha largado, más asustado que cansado. 
No cantemos el aleluya antes de tiempo, no sea que acabemos entonando el réquiem antes de navidades.

sábado, marzo 02, 2013

Elmyr 2013

 Elmyr de Hory en imagen de archivo. Fotos: DM

Elmyr pasó todas las vicisitudes posibles en un siglo plagado de crímenes y de criminales que ejercían a rajatabla su vocación. Huidizo en lo físico y con gran agilidad mental en lo psíquico, fue sorteando los obstáculos que le salían al paso y supo sacar provecho –¡y de qué manera!– de las debilidades humanas.
Seguramente le daba igual saberse un pintor manqué, aunque paradójicamente había desarrollado unas habilidades superiores a lo normal para captar al prójimo. Tan y tales fueron estas capacidades que no solo las aprovechó para pintar a la manera de Matisse o de Picasso, sino para sacar una radiografía de cualquier persona que se le cruzara en el camino. En esto se parecía a Smilja.
Una de sus obsesiones estaba basada en esto: su propia incapacidad para pintar elmyrs originales. Él ya sabía, en su terror interior, que se había falsificado a sí mismo y que jamás podría consolidar un lenguaje propio.
No he visto jamás una pintura de Elmyr que mereciera un elogio sincero, una valoración crítica entregada. No las hizo, no lo supo hacer. Por ello presumía de haber infiltrado en importantes museos más de mil obras falsificadas de grandes pinturas del siglo XIX y del XX. Sea cierto o no, pagaría cara esta insolencia o esta vanidad.
En realidad sus temores no nacían de una angustia metafísica, ni siquiera de una amenaza concretable de un museo determinado. Él tenía un miedo insuperable a algo tan definitivo como una puñalada en el hígado mientras estaba ingresado en alguna prisión de Francia.
Nunca lo expresó con pelos y señales, pero a quien temía de verdad era a Fernand Legros, otro canalla con buena letra y con dominio perfecto del escenario y desprovisto –como el mismo Elmyr– de prevenciones morales.
Hablando conmigo jamás me expresó tal aprensión o pánico abierto a Legros, pero cuando estuve con él en el tercer juicio por su extradición, trabajosamente lidiado por el abogado Rafael Perera, cuando se mostró la coincidencia de las imprentas dactilares, un profundo foso se abrió ante su futuro.
Concluida la sesión, Elmyr, con su habitual elegancia, se acercó a mí, me tomó de los dos brazos y apretó, casi pidiendo auxilio: estaba pálido. Yo jamás le había visto así. Murmuró algo y desde luego mis palabras de apoyo no sirvieron de nada.
Mark Forgy le ayudó y salieron de la Audiencia de Palma. Me parece recordar que sería la última vez que yo le vería con vida. Tendría que consultar mis apuntes.
Algo le asustaba más que la vida, más que el futuro oscuro amenazante. Y prefirió quedarse en Ibiza para siempre. Su personal senda de los elefantes.
Ahora veo que el Círculo de Bellas Artes de Madrid ha organizado una muestra con 30 de sus pinturas. Quienes nunca le hayan visto, quizás queden decepcionados, pero han de tener presente que Elmyr de Hory fue un genio de la representación, del escenario, un gran actor, un inventor de sí mismo como personaje. Lo de pintor es otra cosa. Y lo del ´mejor falsificador del mundo' es otra.