sábado, mayo 31, 2014

Droga o las mentiras más comunes

No debemos confundir la posición de Ibiza y Formentera en el consumo de drogas más o menos experimentales con una importancia capital, que no tenemos. No sé cuál sería la facturación de Ibiza, de tener unos accesos y un tamaño como Marbella o Mallorca, pero en la actual situación las Pitiusas no pintan gran cosa. Salimos mucho en los telediarios y en la prensa, pero no es en proporción a la cantidad, sino a la calidad, por decirlo en términos humorísticos. Nosotros no somos una potencia en el tráfico, ni siquiera en el consumo de drogas. No somos un punto receptor de primera fila ni somos un exportador o intermediario de gran calibre.
No somos importantes, pero somos ino-portunos, cantarines y musiqueros. Y nos toman el todo por la parte, como una sinécdoque drogada que da bien en los colorines y en las televisiones que quieren filmar culos bien colocados. Bueno. Nosotros hacemos ver que nos escandalizamos, pero es por los escándalos que arman los caciques de los bemoles con sus locales 24/7, por lo ruidosos y por lo energúmenos, pero no pintan gran cosa en el mapa mundial de la infamia de la droga. Claro que sí, se consume mucha, toda la que traen consigo los camellos del norte de Inglaterra, los marroquíes o los españoles que tienen su mercadillo off the record. Puro menudeo. Y lo digo en serio: las ciudades donde se consume más droga en Europa son españolas, pero no es Ibiza: solo Londres, Zúrich y Amberes superan a Barcelona y Valencia en el consumo de cocaína. Ya ven, los londinenses, tan cool y van puestos hasta las cejas ¿Y a qué coño vienen tanto suizo drogado? Pues miren, la mala fama se la lleva Ibiza, desde aquella película que rodó el suizo Barbet Schroeder (´More´).
He llegado a pensar que es una fama fomentada. Al contexto música-droga-juerga ya le viene bien esta reputación. A Ibiza no. Otro dato: el 90% del hachís incautado en España lo ha sido en Andalucía, lo cual ya nos informa de dónde procede. España se consolida como puerto de entrada de droga, aunque entra mucha por Bélgica, Holanda e Italia. En 2013, los servicios aduaneros incautaron en aguas próximas a la península 68.000 kilos de hachís y 6 toneladas de cocaína. El doble que en 2012.
Así que cuando mencionen a Ibiza y Formentera como centros de tráfico o de consumo, mándenles un recado. Esto sí, Ibiza carda la lana porque ha criado la fama. Pero hay mucho cuento en este tema, muchas mentiras y muchos intereses. Tantos, que nunca se detendrá el tráfico. El problema es que en Ibiza nos quedamos con la fama de cultivadores, traficantes y de consumidores. Ahora además tenemos la lluvia galáctica de medusas, un aumento imparable de bichejos. Hay tantas que no pueden ser de este planeta. Pero esto no lo dice la prensa, ay.
¿Se dan cuenta?

miércoles, mayo 28, 2014

Aprender a amar a los ingleses



Quien quiera ser feliz en Ibiza tendrá que aprender a amar a los ingleses, porque suponen el mayor contingente turístico de nuestras Pitiusas. Y porque dicho sea de paso, son muy peleones, van excitados y mejor no darles motivos gratuitamente.
En mis dos artículos precedentes recordamos esta dichosa cruz de Ibiza: el Todo Incluido y el pubcrawling, que es un estúpido deporte típicamente británico: beber muy deprisa hasta reventar o casi, hasta caerse desmayado o entrar en coma. Hay que ser descerebrado. Pues algunos lo son.
Y son muchos, como todo el mundo sabe o supone por pura experiencia. ¿Como cuántos? Como... casi la mitad de los turistas. Exactamente el 41,5% o dicho de otra manera 774.738 británicos. Estos datos proceden del Ibestat (nuestro Instituto Balear de Estadística) a partir de la encuesta de flujos turísticos Frontur.
En total llegaron 1,8 millones de turistas extranjeros. Los españoles, muy a la baja, seguimos inmersos en una crisis espantosa y que todavía durará años. Pero el efecto crisis griega, con sus violentas manifestaciones, abortó los planes de muchos ingleses que se habían acostumbrado a la calidad y precios de Corfú, “la otra Ibiza”. Turquía y Grecia perdieron muchos vacacionistas de esa nacionalidad. Ahora sabemos que Ibiza y Formentera han sido dos beneficiarias directas que han visto aumentar los british en un 17% en los últimos tres años. Aumento espectacular que solo se explica por la tragedia mediterránea que no cesa. Sin minusvalorar la cotización de la libra, muy buen frente al euro.
Así que hay que aprender a amar a estos ruidosos turistas pobres. O no tan pobres, los 774.738 turistas dejaron un total de 703,5 millones de euros. Los alemanes gastaron 290,3 por 432,8 los españoles. Si partimos de 2011, los turistas ingleses han gastado casi un 30% más.
Seguramente estamos ante una buena ocasión para fidelizar a estos bailones, que aprecian las discotecas, las pastillas, la cerveza, pero también buscan precios que puedan afrontar. No podemos olvidar que desde que estamos empotrados en la moneda única no podemos jugar con la devaluación, mientras que en el norte de África y en Turquía pueden ofrecer unas plazas a precios impactantes contra los que no podemos luchar.
Nuestra experiencia es un grado y en una isla donde se ofertan casi cien mil plazas en tan solo tres meses, es comprensible que se tenga que recurrir al turismo de masas, por muy lesivo que sea para nuestra sostenibilidad. Hay muy poco donde elegir y el recurrente latiguillo del turismo de calidad es una quimera. Existen turistas de gran calidad, pero no para llenar todas las plazas durante todo el verano.

Además, datos cantan, son los más numerosos, aman Ibiza y gastan mucho dinero. Bienvenidos. 

@MarianoPlanells

sábado, mayo 24, 2014

El emborrachador

Habrá opiniones para todos los gustos, pero el ayuntamiento de Calvià (Mallorca) ha decidido legalizar las excursiones de borrachera o dicho en inglés, los pubcrawls, ya saben, estas hileras de ingleses ebrios como una cuba que van de bar en bar, bebiendo y compitiendo para saber quién puede más.
Los promotores pagarán una tasa y deberán declarar sus ganancias, al menos en teoría. Ganancias muy altas y en negro. Su trabajo: emborrachar a sus pupilos cuanto antes y cuanto más mejor.
¿Solucionará el problema esta nueva profesión de Emborrachador Oficial de Calvià o de Ibiza? En general, los mallorquines están tan hartos como los ibicencos, ansiando un turismo más flexible, más educado y más sustancioso. Y de momento se escudan en una salida tan cínica como fatalista: este es el único turismo que compra sus vacaciones aquí. Allí, en Benidorm, en Lloret y en casi toda Ibiza. Y ahora ya también en Formentera.
No es de extrañar que no se respeten ni los islotes como áreas naturales, singulares, que hay que preservar ante todo. El vandalismo no conoce fronteras y es mucho más divertido destrozar un islote virgen que un villorrio que ya está quemado por los mismos turistas que les precedieron.
Vedrà, Conillera, Tagomago, Espalmador y el resto de islotes son sagrados, aunque Espalmador se convierte en un antro y con un trasiego intolerable cada verano.
Ni Ibiza ni Formentera ganamos ya nada con este tipo de turismo. Bastante depreciación obtenemos con la alta densidad de establecimientos que ofrecen el todo incluido.
De manera que la discusión no es si se tienen que legalizar los emborrachadores y hacerles pagar impuestos, tasas y el IVA, sino ¿hasta cuándo las Baleares han de soportar que sus costas se conviertan en el escenario de los lumpen británicos que solo vienen a emborracharse y a mojar?
Está claro que el turismo de multimillonarios es un cuento chino que promueven algunos empresarios, ellos sabrán por qué (y yo también). Pero entre las excentricidades de una minoría de altísimo poder de consumo y las avalanchas y las hordas escocesas que desembarcan como la marabunta, hay un término medio que deberíamos de cultivar.
Ya hace años que se dice esto. Pero mientras las islas se mantengan como una gran discoteca las 24 horas sin parar es lógico que tengamos que dar la placa de sheriff (de emborrachador, perdón) a los promotores y a los guías de los pubcrawls.

miércoles, mayo 21, 2014

La cruz: ´pubcrawling´ y todo incluido

En apenas unas semanas el paisanaje de Ibiza y Formentera cambiará radicalmente el escenario. La invasión planificada en oficinas rutilantes será voluntariamente sucia y estruendosa. Deja mucho dinero. Deja mucho dinero negro y hasta hoy España no ha conseguido domesticar a estas hordas salvajes embriagadas salvajemente. Pero poco a poco se consigue encauzar tal caudal de caos y excesos, por el simple hecho de que hay que atacar la cabeza, los cabecillas. De momento no se ha conseguido encontrar una solución para que los jóvenes clubbers británicos aprendan a volar, así que nos tendremos que resignar a esta media docena de desgraciados que se precipitan desde el cuarto piso, atiborrados de alcohol y drogas.
Y esta es otra clave: beben mucho y demasiado deprisa porque alguien gana mucho dinero paseándolos de bar en bar, bebiendo como cosacos a toda velocidad en lo que se conocen como los pubcrawls (algo así como «salir del pub a cuatro patas»), unas excursiones etílicas nada inocentes. Suelen acabar con algunas cabezas rotas, sillas, mesas y escaparates reventados y algunos, en estado de coma, en un pasillo de urgencias. Ibiza no está sola en esta burda y absurda situación. En Lloret y otras poblaciones turísticas catalanes han de lidiar con este tipo de ganado. Y en Mallorca, por esto ha sido en Calviá donde han decidido legalizar estas excursiones de borrachera: los promotores deberán estar dados de alta y pagar impuestos, además de estar obligados a firmar un sustancioso seguro que cubra cualquier contingencia posible, desde problemas de salud hasta roturas y peleas que causen daños al mobiliario urbano. Los promotores serán los responsables y tendrán que pagar los daños hasta el último céntimo. Con esta medida se espera que los promotores ganen menos y se sientan menos motivados y que los damnificados se vean compensados en sus pérdidas.
Menos espectacular es el tratamiento a los hoteles que ofrezcan el todo incluido. No hay nada que hacer. Es una modalidad turística legal contra la que no caben actuaciones específicas. Leo que en Calvià el TI supone un 30% de su planta hotelera. Ignoro y he ignorado siempre cuántas plazas se explotan en Ibiza, pero aventuro que no estamos lejos de esta tercera parte, lo cual serían 30.000 camas aproximadamente. ¿Taxis pirata? Medidas con una eficacia muy reducida en los dos meses punta. Hooligans violentos, como siempre, aunque Ibiza ha ganado peso entre los clubbers, más jóvenes y más bailones que los primeros.
Camellos y traficantes, más que nunca. Prostitución, robos, hurtos y peleas, igualito. Así que 2014 será una gran temporada récord, atiborrada y calurosa. Solo se trata de salir vivo y con algo de leña para el invierno.

sábado, mayo 17, 2014

Barbet Schroeder vuelve a casa






El creador siempre vuelve al lugar del crimen, o al lugar donde alcanzó un clímax singular en su ópera prima, y esta fue ´More´. Y si además es cierto que su madre vive en la isla –cosa que yo ignoraba– es comprensible su revisión autobiográfica y un regreso a los orígenes. Entiéndanme en sentido amplio. Barbet Schroeder tiene grandes fundamentos en su vida profesional, con una sólida formación en lo mejor del cine francés del siglo XX, es decir, tiene una gramática propia formalizada. Además tiene una fecunda experiencia como director y como productor. Y por si fuera poco, conoce la industria del cine en Europa y en Estados Unidos. Y 73 años, una edad magistral.
Y sin embargo, el creador regresa al lugar donde rodó ´More´, una obra que le catapultó al mundo, con una polémica tras otra, con ataques de la censura y con un reguero de críticas. Ha vuelto a una islita entonces todavía olvidada que sólo llevaba diez años con una pista aeroportuaria abierta al turismo internacional. Acabo de verla otra vez. Está en Youtube, al alcance de todos: (http://www.youtube.com
/watch?v=ZSVemwIGykk). Como siempre, uno teme que la cinta haya quedado desfasada, pero no, he resistido las casi dos horas con placer y todavía me pregunto el porqué. La historia ya es conocida, pero se la resumiré sin destriparla: un joven alemán licenciado en matemáticas decide quemar todos los puentes y escaparse a Fez (Marruecos). En autoestop llega a París donde queda hechizado por una delgada rubia americana (la actriz Mimsi Farmer). Quedan en Ibiza en casa de un nazi (un nazi nunca es ex y los escondidos en Ibiza todavía menos) Y aquí comienza propiamente el drama. No les cuento más.
A los ibicencos nos extrañan los saltos de imágenes y de paisajes, pero hay que entenderlo, la película iba dirigida a todo el mundo y consiguió su objetivo.
La interpretación de los actores es muy pasable, la selección de paisajes es inteligente y acertada, y ahora voy a decir dos factores que continúan fortaleciendo este metraje: la fotografía del maestro Néstor Almendros y la música, de Pink Floyd, un álbum memorable. Ahora mismo lo tengo de fondo. Soberbio. Muchos ibicencos de la época quedaron horrorizados cuando vieron Ibiza imbricada en la historia de sexo y drogas, una riada de drogas que casi aburre, pero en la época fascinó a la audiencia. Sale el todo Ibiza, las terrazas, los caretos, las costumbres, el cuelgue cósmico que condujo a muchos al suicidio. Y el film se sostiene, 46 años después.
Felicito a Barbet Schroeder y espero que en esta nueva incursión su pulso no se haya reblandecido. Me gustaría conocerlo para contarle unas cuantas cosas. Y a quienes me leen, si tienen alguna opinión, consulta o crítica, les invito a usar mi Twitter. En un simple folio no se puede expresar todo. Aquella película, lejos de dañar Ibiza, la potenció aún más y la base argumental no exageró en absoluto. La droga vino a Ibiza para quedarse, como ´More´.

miércoles, mayo 14, 2014

En Ibiza es fiesta medieval todo el año


Que nadie intente en Ibiza hacer ni decir nada en serio, estructurado y perdurable, porque no le dejarán o le harán la vida imposible. Es como si este magma humano, aluvión arramblado desde todas partes, quisiera tomarse venganza de tantos siglos de grave sobriedad o de sufrimiento feudal, sí.La que llaman en Ibiza Feria Medieval no acaba de ser del todo una feria ni es medieval. Pero da igual, se pretende que el personal caído en gracia preveraniega se solace sin cesar.
No lo sabemos pero estamos copiando al populacho romano, que tragaba las fiestas paganas y sangrientas para suplir la falta de trabajo y buenos banquetes. Es decir, de seguir así, lo próximo será la decadencia del imperio pitiuso, ante al llegada de los vándalos (extranjeros), que ahora será el islam.
Para que no estalle la isla en motines, se nos droga con fiestas continuas, a las cuales hay que tragar a la fuerza, como el ganso cebado para rendir su hígado hinchado. De aquí a unos días, las discotecas tomarán el relevo y llenarán las calles de Ibiza con cabestros, ninfas y efebos semidesnudos, con la diferencia de que ellas no se gastarán 110.000 euros en una semana. Pero el Ayuntamiento de Ibiza es rico: entre las ferias y los cursos de catalán (unos 40.000 euros si no ha disminuido la subvención) se han pulido 150.000 euracos, 25 millones de pesetas. Olé. ¿Y esto cada año?

Medieval proviene de Edad Media, que alcanza desde el siglo V (año 476, derrumbamiento del pueblo romano) hasta el XV (1453, es decir cuando cae el imperio bizantino a manos de los otomanos). Convendría saberlo, porque desde que los otomanos se hicieron con las riendas, nos martirizaron a los ibicencos, exactamente hasta 1830, que es cuando Francia le roba las ciudades norteafricanas que estaban en poder turco. Por ello, en la interminable Edad Media no se hubieran podido exponer los tenderetes de extramuros. Fuera de las paredes estaba prohibido construir nada, por seguridad. Tampoco podrían haber realizado estas justas a caballo. Apenas había caballos y los que había estaban distribuidos por toda la isla para vigilar las costas, al tiempo que usaban como bestias de carga. Incluso, de haberlos tenido, los esclavos ni los plebeyos podrían haberlos montado.Caballero viene de caballo, por algo será.

Veo a seis nobles desfilando en el palenque del parque. No creo que en Ibiza se hubiera visto jamás. Aquí, como mucho, burros, y gracias. A diferencia de Belmonte (Cuenca), donde se acaba de celebrar al mismo tiempo que en Ibiza, el primer Campeonato Mundial de Lucha Medieval. Con armas reales. Miren, estas ferias se hacen en toda España, es como una gran organización que en cada localidad modifica algunas cosas. No entiendo esta tozudez del Ayuntamiento de Ibiza por derrochar en algo que no es original, es un anacronismo barato, un mercadillo para cazar despistados y ni siquiera tiene la potencia de un circo o de un zoo en plena calle. Ustedes son unos derrochadores irresponsables. Propongo que volvamos al Ayuntamiento de la Edad Media y por supuesto, pagando el diezmo (un 10%) de impuestos.

sábado, mayo 10, 2014

La eco-obsesión socialista: más impuestos

Los socialistas vuelven a remover los sacos de algarrobas y la cabaña empieza a bramar pidiendo la cena. Aunque ahora el PP se comporta peor que los socialistas y nacionalistas o que los comunistas en materia fiscal, es conocida la voracidad socialdemócrata. Siempre quieren poner más impuestos. Son buenos en el argumentario que les sirve de justificación: inversión en promoción turística, conservación natural, ayudas sociales en la actual crisis, muchos otros sitios lo hacen. Bueno, el caso es que ni los socialistas ni los populares cumplen nada de todo esto y el dinero recaudado iría a cualquier capricho o despilfarro de última hora.
Cuando nuestro Gobierno recorte un 30% sus presupuestos anuales (qué menos, en estos tiempos de déficit y deudas acumuladas) entonces que empiece a hablar de proponer nuevas tasas e impuestos. Cataluña ya aplica la ecotasa o tasa turística, porque la copió de Baleares que la introdujo desde mayo de 2002 a octubre de 2003. Llegó Jaume Matas con sus humos ambientales y un estilo que acabará por llevarle a la cárcel y la derogó. ¿Funcionaba? Sí, funcionaba, tanto que entusiasmó a los derrochadores nacionalistas y socialistas catalanes. Ahora la aplican con verdadero deleite y los socialistas baleáricos sienten nostalgia del impuesto y pretenden volver a implantarlo.
Como es de suponer, los hoteleros se niegan en redondo. No quieren más aventuras y más cacicadas, y no les falta razón. Porque cuando Matas anuló la ecotasa introdujo una tarjeta verde que a la postre solo ha resultado un derroche imponente para el contribuyente. La ecotasa funcionó y estaba recaudando, además era legal, según sentencia judicial. Los partidarios de la ecotasa piensan que falló porque era una mala época, sin pensar que siempre es mala época para gravar a los consumidores.
Yo pienso que el mayor defecto, como casi todo en Baleares, es que no estuvo consensuada. No es de recibo que cada vez que cambiamos el color del gobierno, salten por los aires muchas iniciativas tomadas por el gobierno anterior. Hay muchos asuntos que se han de consensuar. Los políticos están para esto, para hacer política, no para forrarse con las comisiones ni para vivir a lo grande durante cuatro años de feria donde el despilfarro nos deja desplumados y desconcertados.
Espero que las decenas de juicios pendientes vayan haciendo reflexionar a algunos. A muchos ya se sabe que no. Y cuando tengan los mecanismos de control de cuentas, unos y otros se sometan a sesiones de trabajo para llevar el tema a buen puerto. Ahora es mala época: las tasas portuarias y aeroportuarias, la subida del IVA y de los impuestos especiales aconsejaría no sumar más conceptos a la factura.
Pero la mía es una opinión como cualquier otra. El tema, ya digo, ha de trabajarse.

miércoles, mayo 07, 2014

Ibiza, sin alemanes ni españoles

Ibiza y Formentera perdieron a los turistas alemanes durante la primera década del siglo XXI. Mientras Mallorca rebosaba de alemanes, el archipiélago pitiuso se veía sin su habitual desfile de barrigas cerveceras. Saltó la alarma, pero ya era muy tarde. Entre la mala imagen ecológica de Ibiza, en especial desde la construcción de las enormes autovías, y los tejemanejes de las compañías low cost centradas en Mallorca, nosotros nos vimos sin uno de los mayores contingentes, uno de los más importantes, de nuestra temporada turística. Cuando descubrimos que Ibiza solo recibiría alemanes a partir del ´efecto rebose´ (cuando ya no cupiera un turista más en la Mallorca rebosante lo mandarían hacia Formentera) ya nos dimos cuenta de la situación.
¿Y cómo ha sido entonces que Ibiza y Formentera han ido recuperando bastante al turista alemán? Por casualidad o a consecuencia de la cadena de revueltas, revoluciones y guerras civiles de los países árabes de la ribera Sur del Mediterráneo. Comenzó en septiembre de 2009 en el Sahara contra Marruecos. Un mes después se desató la furia social en Túnez y ya nadie supo apagar la mecha que iba haciendo saltar todo a su paso. Hasta el día de hoy, en que llevamos 3 temporadas de mayor abundancia germánica. Y por esto estamos contentos. Hete aquí que cuando estábamos celebrando la nueva llegada de alemanes, caemos en la cuenta de que hemos perdido a los turistas españoles. Madre mía, vaya si se iba a notar. La crisis ya era imparable en pleno zapaterismo, en 2007, que no quería aceptarla y la silenció. A crédito se vive mejor y fue ya en 2008 cuando los españoles empiezan a darse cuenta de que no solo no son ricos, sino que se les ha terminado la línea de crédito. Todavía sería peor cuando empezaron a cerrar empresas en cadena: un año terrible fue 2009. Ningún país ni institución extranjera se fiaban de la solvencia moral ni de la preparación técnica de los sucesivos gobiernos socialistas y sabían bien porqué: o ellos estaban igual o gozaban de información muy concreta de la banca alemana. Para entonces, el turismo español en Ibiza ya había tocado a su fin.
Las guerras del mediterráneo islámico han salvado una vez más nuestro turismo al permitir que las clases medias británicas, alemanas, francesas ocuparan el sitio dejado libre por los españoles. Ya es mala suerte, cuando teníamos a los alemanes en proceso de recuperación, los españoles entran en su peor declive. Bien, en estas estamos en 2014, intentando juntar ambos procesos en fase ascendente. Sabemos bien que el turista europeo nos asegura una buena temporada, salvo imprevistos. Y sabemos también que los españoles han decidido salir de vacaciones, como ya se ha demostrado en los primeros meses.
Un aumento de casi un 10% presagia una temporada con creciente número de nacionales. Pero templemos nuestra euforia, me temo que más que una recuperación del vacacionista, es una aguada excursión, una salida de unos días, una escapada. Veremos.

sábado, mayo 03, 2014

Ibiza en el mapa negro de la infamia

Los ibicencos ya estamos acostumbrados a salir en las crónicas de sucesos más desagradables, además de escenario de la casquería de la prensa rosa nacional. El último estacazo a nuestro buen nombre nos ha venido de manos de un hotelero que acaparaba muchos miles de nuestras 85.000 plazas turísticas. ¿Cómo lo hizo? Con discreción y al parecer comprando agresivamente y pagando al contado, de manera que quien pudiera haber dado la alarma era el primer interesado en callar. Esto sí es propio de la islas, de Sicilia y de Ibiza. No digamos de Mallorca.
Me refiero al silencio.
Un tal Fernando Ferré se estaba haciendo con los hoteles obsoletos de Ibiza, pero lejos de cerrarlos, los pintaba un poco y los seguía explotando. Nadie se explica el silencio de los sindicatos ni de la competencia. Incluso en las redes sociales se fantaseaba sobre la procedencia de este hotelero no ibicenco. Algunos decían que era de Dénia, otros que representaba a un misterioso grupo catalán en la sombra. Yo expliqué mil veces que era catalán. Me enteré más tarde que era de Santes Creus, Tarragona, en el término municipal de Aiguamurcia. Allí comí unos calçots muy sabrosos después de visitar el monasterio, en plenas obras de restauración interminable. El Real Monasterio también conocido por Santas Cruces es una joya del siglo XII (siguientes), una abadía cisterciense.
Además de su agricultura y de su belleza patrimonial nos cedió a Ibiza este tétrico personaje, que durante unos días abriría noticiarios en varios televisiones nacionales. No dicen que era catalán, sino «el hotelero de Ibiza», tomando el relevo así de farsantes, príncipes falsos, falsas princesas, falsificadores, escritores timadores, pistoleros que disparan en las terrazas o en los paseos o de docenas de ingleses eufóricos que se deslizan cuesta abajo desde un quinto piso. Ibiza volvía a ser noticia.Incluso la prensa local hizo poca sangre, conociendo las horribles condiciones laborales que no vieron los sindicatos durante años. Sólo alguna alusión a la esclavitud, al presunto tamaño de su celda y a los 7 años acordados, en vez de los 81 que se le pedían.
Pero la vida es así. No somos nada en este mundo. De poco te sirve poner en el mercado cada verano 17.000 plazas hoteleras si acabas en el trullo para siete años, que por cierto, quiero ver cuantos cumplirá realmente. Además una multa millonaria. Poco que añadir. Dudo que estas animadas crónicas de tribunales hayan servido de escarmiento para nadie. Como siempre, algunos se forrarán por suerte o de modo indirecto y otros seguirán su tren de vida normal. Porque Ferré quizás tenía razón: para este tipo de turismo es perder el tiempo arreglar las instalaciones.
Vienen dos meses, colocados, ruidosos y en manadas incontrolables. No sabemos cuando, pero pronto volveremos a salir en los infames telediarios sin comerlo ni beberlo.