sábado, diciembre 20, 2014

Cuba libre, la Ibiza del Caribe

Cuba, paupérrima y hermosa (Foto Yusnaby.com)
El bombazo informativo está servido: Cuba y Estados Unidos reabren las relaciones diplomáticas suspendidas en 1961. Supe unas horas antes del anuncio que Raúl Castro iba a dar una importante noticia por televisión. Ya está, Fidel ha muerto. Lo puse en mi Twitter con signo de interrogación, porque la muerte de Fidel se ha dado ya cincuenta veces y siempre en falso.
Cuba es un caso entrañable para los ibicencos, es como nuestra segunda casa. Siempre la hemos llevado en el corazón. Mi tío, hermano de mi padre, en plena posguerra se largó a Cuba. Ibiza debía ser insoportable. Y en Camagüey levantó su familia, tuvo hijos y se labró un futuro, sin sospechar que en 1959 unos centenares de barbudos refugiados en Sierra Maestra llevarían otra vez la zozobra a sus vidas.
No era comunista entonces Fidel Castro, pero sí lo era el Che y las circunstancias forzaron a Castro a recalar en los poco tranquilizadores brazos de la Unión Soviética, en plena guerra fría. Poco sospechaba mi tío Miguel Planells Tur y los otros cubanos de bien, humillados y expropiados por los pistoleros, que en apenas dos años vivirían uno de los episodios más peligrosos de la reciente historia de la humanidad: la crisis de los misiles con cabeza nuclear apuntando a Estados Unidos. Unos años después -¿1973?- nos escribía desesperado pidiendo que le repatriáramos a sus hijos, en edad de servicio militar, pues el dictador Fidel los estaba destinando a luchar [al Congo*] a Angola. Pocos regresaban y quienes lo hacían parecían fantasmales despojos. Nada pude hacer yo ni el presbítero don Vicente Boned, quien a la sazón se encargaba de este tipo de reclamaciones en Ibiza. Bien que lo intenté, pero no estaba el horno para bollos. Casi medio millón de cubanos combatieron en África.
Ahora EE UU sabe que no perderá nada con esta apertura. Y tiene mucho que ganar, al captar a un molesto hostigador para mear de dentro hacia fuera. Los titulares de prensa son muy optimistas. Yo no, porque leo prensa cubana (de Miami, el Granma no), colombiana, venezolana y conozco un poco el intrincado camino (irreversible, imagino) que les espera a la hora de negociar la suelta de presos, política dineraria, cambio, transportes, inversiones y sobre todo, de salida de cubanos. Sendero farragoso, lento y muy controlado. Y la reposición de los bienes robados, inmuebles y fincas a sus legítimos dueños o herederos.
Me alegro mucho por los periodistas, escritores, opositores, madres de blanco, personas desafectas al castrismo, que reciben palizas, amenazas, insultos, discriminación, penalizaciones y penalidades sin cesar. Espero que el wifi se ponga al alcance de más gente. Que Yoani Sánchez pueda sacar el periódico y espero, sobre todo y antes que nada, que suelten a un centenar de presos (o más) que están hechos un desastre física y psicológicamente. Si consiguen una mínima libertad, veremos prodigios en esa gente guapa con gran talento. Cuba proyectará una potente andanada de optimismo y de creación a Latinoamérica, tan zarandeada por las dictaduras comunistas y populistas. Veremos nacer una segunda Ibiza en el Caribe. Seamos optimistas. Pero de esto mejor hablamos otro día ¿no?
Nota del editor: Primero fue el Congo, pero el episodio personal que revelo se refiere a la guerra de Angola
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