miércoles, agosto 29, 2012

La gaviota de Audouin y la pardela


Hemos revuelto el sistema ecológico y el Planeta en su conjunto parece abocado a un colapso universal. Lo han escrito estos días una veintena de científicos serios en la revista Nature.
Tenemos un tiempo limitado para tomar medidas desagradables pero inaplazables o dentro de quince años o menos asistiremos a un espectáculo muy desmotivador, por decirlo con palabras suaves. No son desvaríos ni delirios de ecologistas con la estima baja y con ganas de llamar la atención: entre estos investigadores hay nombres de peso. Todo ello se resume en unos cambios brutales del entorno, enormes sequías y extinciones en masa. El planeta Tierra llevaba 14.000 años de estabilidad relativa después de la gran glaciación, pero ahora la acción del hombre lo ha trastocado todo
Qué decir en Ibiza, donde ya hemos catado los caprichos del clima y del régimen de lluvias; ya sabemos de las sequías prolongadas seguidas de temporales de levante (antes, la gota fría).
Los payeses han detectado otros avisos sutiles, como la reticencia de algunas gallinas a poner huevos, estresadas por el calor o el ruido. O están viendo alarmados cómo las colmenas de abejas melífera se están quedando despobladas. Y sin abejas se acabó la polinización. Encima parece que la burocracia de ayuntamientos y consells aconseja a los abejeros abandonar su noble e imprescindible tarea. Demasiadas trabas. Llegaremos a pensar que el sistema de las autonomías nos va a llevar al final de la Humanidad.
De la Humanidad no lo sé, pero al final de España y del sistema de vida de los españoles tal y como los conocemos, seguramente sí. No sonrían los catalanistas, Catalonia es la peor de las autonomías y no quedará piedra sobre piedra si alguien no lo remedia.
Hemos alterado el equilibrio ecológico de la isla, la vegetación se ve afectada, los animales lo notan y en algunos casos se han aprovechado de las nuevas facilidades, como la gaviota común, la rata del aire, que ha proliferado hasta límites insospechados. La gaviota común –otro depredador sería el gato asilvestrado– está causando estragos entre el resto de la aves.
En principio, las más afectadas parecen dos tipos de gaviotas (no sé si es muy científico denominarlas así), la de Audouin y la pardela, el mítico virot que tanta seguridad siempre obtuvo en los acantilados de Formentera. A cambio, en décadas pasadas, los formenterenses más osados las cazaban de noche y hacían sabrosos guisados con sus carnes. Ignoro si la calidad de la carne de virot era pasable, pero los habitantes de estas islas no siempre hemos podido elegir el menú abriendo el frigorífico. Aun así, jamás estuvo el virot en peligro. Lo está ahora que lo cazan los gatos.
La gaviota de Audouin es preciosa, más pequeña que la común y menos agresiva. Lleva todas las de perder. Y entra en la lista de animales en peligro de extinción. La pardela ya hace años que sufre la presión de los gatos que acceden a sus nidos y rompen la cadena de renovación de la especie. La nueva Ibiza, la nueva Formentera y la nueva Tierra. Tenemos el consuelo de que nos iremos al traste todos al unísono.

Diario de Ibiza
Foto: Masmallorca.es

sábado, agosto 25, 2012

Guerra y paz en Corona


Foto vía Ibiza-Blog


Corona en el meu record. Memòria d'una altra Eivissa, de Pepita Brullas Tarragó y Vicent Marí Costa (coordinador) es un documento de tipo memorialístico y periodístico que ha editado Mediterrània. Lleva un emotivo prólogo de Neus Torres Costa.

En 1935 comienza la historia, en un año en que vinieron muchos viajeros, en gran parte, gente que estando en Mallorca fue avisada para no caer por la isla de Ibiza, donde habitaba una gente salvaje, que usaba cuchillas con facilidad y que vivía con cientos de años de retraso. Así nos trataban o nos consideraban los mallorquines, en general. De hecho, no les faltaba razón en algunas cosas. Cuando el matrimonio Brullas atraca en Ibiza, llevan con ellos a su hijo, 11 años, y a su hija de 9. Será ésta, Pepita Brullas Tarragó, quien nos cuente la historia.

En principio llegan a Vila, pero buscan un taxista valiente que les suba por el camino de carro hasta Santa Inés o Corona (¿llamado así por el rosario de montañas que coronan el valle repleto de almendros?). Su sorpresa es mayúscula cuando se encuentran con unos habitantes próximos, afectuosos, que se desviven para que aquella familia catalana pase unos días felices. La generosidad fenicia, mediterránea les desarma, de tal forma que quedarán prendados y decididos a compartir sus vidas. Aquella familia catalana es cristiana, católica, que practica la caridad y quedan asombrados del comportamiento de los fenicios milenarios.

También existen catalanes modestos que no van por la vida corrigiendo e interpolando con sus pesados ´vull dir´, ´això es diu així´ y con aires de impostada superioridad. Los Brullas sacan fotos de todo, aprenden de un mundo arcaico y novedoso, las costumbres (pesca, cocina, sa vetlada, matanzas, etc.) y las distancias.

El año siguiente, 1936, volvían a estar en Ibiza cuando se enteran con varios días de retraso de que los rojos han desembarcado y que están haciendo mucho daño, saqueando y, lo que es peor para aquella familia cristiana, robando las piezas de valor y quemando retablos, mobiliario y asesinando a los sacerdotes. Pepita Tarragó parece que tuvo una gran ascendencia para salvar al párroco de Santa Inés: lo vistieron de paisano y lo escondieron, así como todas aquellas piezas sagradas que pudieron enterrar apresuradamente en un pajar que caía a desmano.

Como María Teresa León en Ibiza, la brava catalana se enfrentó a los milicianos sedientos de sangre y de fuego, aconsejándoles que no quemaran nada. Su diatriba surtió efecto, pero al día siguiente volvieron y dejaron el maderamen de la iglesia convertido en plena tea encendida.
Su admirable actitud, su rectitud, su solidaridad con los coroners tiene un episodio oscuro que no queda claro en estas memorias: la destrucción parcial de la maravillosa cueva S'Avenc des Pouàs (más adelante sería excavada por los paleontólogos), ubicada en una finca que adquirieron.

La propia Pepita probablemente ignore siempre lo que pasó, pero sigue en línea con la aciaga conducta de algunos catalanes a la hora de meter sus manos en nuestra arqueología: temprano empezó Santiago Rusiñol a escarbar a lo bestia en es Puig des Molins, con ayuda de algunos ´prohombres´ ibicencos, todo hay que decirlo; más adelante, la cueva de Tanit en es Cuieram probó la dinamita, según mis informes gracias a un catalán que usaba un nombre aristocrático. Etc.
Comprenderán que haya disfrutado de un ameno viaje en barco. Acabé el libro en el tren. Si les gusta saber cosas de Ibiza se lo recomiendo, pero solo está editado en catalán.

miércoles, agosto 22, 2012

Paleohippies en diáspora y otros progres




El ambiente callejero de la Ibiza de 1969 era muy extraño, irrepetible, tanto que parece sacado de un película de Fellini. Estaba la isla disfrutando (o padeciendo, según muchos ibicencos que no soportaban a los peluts, peludos) de una invasión hippy en toda regla.
Observo que algún poeta a la vela se refiere repetidamente a aquellos viajeros como ´neohippies´ (hippy en singular, hippies en plural, en inglés). ¿Por qué neos, nuevos? Estamos en lo más florido del movimiento hippy, en el paleohippismo, que desaparecería como por encantamiento en 1975.

¿Eran neohippies aquellas decenas de catalanes que caían por aquí predicando la liberación sexual, la revolución contra Franco y la reivindicación de Ibiza como un país catalán? No, ni de lejos. 
Donde los hippies eran universales y alegres los catalanes eran localistas y obsesivos. Los hippies llevaban túnicas y camisas al viento; los catalanes (y no solo ellos, los españoles en general) llevaban la trenka, la pipa, en suma el disfraz de progre que tan magistralmente dibujó el Perich durante años. Uno diría que eran opuestos.

Los ´hippies´ leían y hablaban de Jack Kerouack, los progres leían compendios y resúmenes del marxismo, muchos de ellos eran del PSUC que aterrizarían en el pseudoprogresismo del PSC años después.
Agua y aceite, nada que ver, salvo algunas excepciones. Bien. Y en este ambiente la playa y la bahía del Port de Sant Miquel fueron ocupadas por los chicos progres que pretendían cambiar de vida y crear partiendo de un cuerpo multidisciplinar. Basta decir que llevaban a su gurú progre catalán por excelencia: Xavier Rubert de Ventós.
Y levantaron la Instant City, la Ciudad Instantánea, un experimento plástico (de hecho se usó mucho plástico y otros materiales más novedosos), creando una ciudad hinchable que acogió a grupos y charlas sobre los temas más diversos.

Un hermano mayor subió a Sant Miquel. Cuando volvió le pregunté:
-- ¿Qué has hecho allá? 
Parecía recordar que había mucha gente, jipiamen y progres al compás, pero poca cosa más.
Me temo que mi hermano fue fiel al viejo axioma: «Si recuerdas algo de los 60 es que no estuviste allí».

En 1971, Ibiza estaba digiriendo la gran explosión de los 60, que tuvo dos años finales apoteósicos. Nuestra isla se benefició -o no, ya saben, las opiniones son libres- de la presencia de numerosos franceses creadores que obviamente preferían retirarse del escenario parisino. 
Los hechos del París-68 no dejaron ni un solo muerto, pero no pocos de aquellos protagonistas prefirieron poner tierra de por medio, como les ocurrió a cientos de desertores de la guerra del Vietnam. Aquellos que no pudieron esconderse en Canadá, o que podían recibir los cheques de sus papás en las oficinas bancarias europeas, cayeron por Ibiza.
Sabemos que algunos ya se quedarían para siempre. En concreto recuerdo a uno que cobraba un suculento cheque mensual, una fortuna para la época, pero no era de sus padres. En realidad era todo lo contrario, Michael era un inválido de guerra (Vietnam) y tenía todo su cuerpo cosido de metralla y numerosas piezas de metal. 
Qué años, rediez. De algo me acuerdo. Valgan por ahora estas notitas fenicias.

sábado, agosto 18, 2012

Avecedario y aguas rotas


El ave amenazada Pardela cenicienta ('Calonectris diomedea'). La Información.

Antes de que mi querida editora o editor me corrija el palabro y me cambie la ´v´ de verano por la ´b´ de barruguets quiero aclarar que no vamos a hablar de las letras del alfabeto sino del mundo acosado de las aves de estas islas. Y de otros temas enquistados que parecen quedar flotando en un limbo donde nadie llega. Son temas sin solución aparente.

Avecedario: los pajarillos y las grandes aves de estas islas viven en un proceso de desquiciamiento ineludible. Las últimas en salir listadas en los avisos de peligro son la gaviota de Audouin, maravillosa y sosegada y por esto no puede enfrentarse a la ferocidad gregaria de la gaviota común (la rata del aire). 
En Ibiza, las gaviotas ya suponen un problema sin solución. Jamás se ha conseguido reducir las pobladas colonias, que encuentran alimento sobrado en los vertederos numerosos de la islas. Y aumentan escandalosamente, mermando el espacio vital y el nicho ecológico de otras aves que antaño vivían en perfecto equilibrio. 
Otra víctima de los cambios operados por los humanos es la pardela o virot, un hermoso pájaro que se encuentra en pleno proceso de extinción. Los humanos, los gatos y las gaviotas comunes no les dan opción.

Romper aguas: no me refiero a las contracciones de los mamíferos que anteceden al parto o alumbramiento, sino a estas abundantes surgencias de agua en los sótanos de la ciudad. Vila parece un queso de gruyère y el poderoso empuje del líquido encuentra salida en los garajes de la ciudad. Hablo en plural porque, después de consultarlo, he sabido que no es solo el famoso surtidor de la calle Canarias. Hay varios casos parecidos. 
¿Es lógico que se desperdicie un caudal tan sustancioso de agua dulce y perfectamente potable? Por mucha crisis que nos acucie (y no es tanta a la vista de las subvenciones y otros gastos suntuarios que podrían eliminarse, al menos provisionalmente) es un tema que el Ayuntamiento debiera analizar sin pereza. Hay que trabajar más, o sea.

Las cuatro estaciones: no me refiero a las de Antonio Vivaldi, sino a las de los autobuses, que al menos tendrían que ser cuatro. Una isla que se pone en más de 340.000 habitantes en pleno verano y que trasiega a unos dos millones de turistas en apenas cinco meses, no puede seguir tratando a los residentes a patadas, ni a los turistas. 
Los turistas vienen, están diez días y se van, pero los que vivimos aquí tenemos que soportar esta carencia de servicios toda la vida. Algún día se nos explicará el misterio de la estación Cetis de Vila. 
Quien más quien menos se lo imagina, pero si tenemos que trabajar con datos objetivos, ya me van bien los que publicaba el Diario del 22 de mayo en la página 4: «El canon por bus no pasa del euro en otras ciudades». ¿Recuerdan que al principio se pedían 50 euros para cada autobús? Ibiza es un negocio redondo o esto debían pensar. Ocurre que a veces -solo a veces- alguien se planta y exige explicaciones y justificaciones. 
No todo el mundo traga, así que todavía quedamos a la espera de que nos expliquen por qué algunos políticos de Ibiza, en dulce unión con algunos empresarios, llegaron a pensar que somos el pito del sereno.

miércoles, agosto 15, 2012

Mirando al mar


Los clubbers también usan el mar como trasfondo pero sin perder el tiempo

No quiero hablar de la sentimental canción romántica del baladista Boned de San Pedro, sino de una recomendación de ejecución casi imposible si uno no se refugia en los escarpados acantilados del norte de la isla.

Los ibicencos hemos vivido de y hemos usado los recursos del mar, pero no teníamos una predilección especial por verter nuestra vida a las aguas. Pocas casas antiguas usan la frontalidad frente al mar, al menos de cerca. Hace unos años que las cosas han cambiado, pero muchas veces es por ignorancia. Vivir cerca del mar es un fastidio. Los aparatos eléctricos se estropean, los muebles se comban, los cubiertos y el metal se oxidan... una vez que se decida vivir cerca del mar ya es mucho mejor vivir dentro, en una barcaza o un yate.

Sin llegar a estos extremos, nuestra atención se centra cada vez más en el mar, al menos el mar que nos rodea, nos abraza y nos enriquece. Por algo será nuestra mirada. Estamos viendo cambios muy rápidos y no parecen muy agradables ni auguran ningún beneficio. No solo los hundimientos o grandes choques entre embarcaciones, sino los mismos destrozos que están causando los megayates como el ´Turama´ (ya tristemente célebre desde que el Diario publicó los estremecedores vídeos y fotos del garreo del ancla en una zona de posidonia, que queda literalmente arrancada y a la deriva).

Un hecho muy triste por lo que tiene de significativo: en mi carpeta de recortes, la posidonias (en el mar) y los incendios de pinos (en tierra) ocupan el mayor volumen de material publicado. En esto el Diario se portó bien. La atención del Diario hacia el mar ha aumentado muchísimo. No olvidemos tampoco las medusas, el acoso al atún, las prospecciones petrolíferas, etc. Era una de mis insistentes peticiones -más atención a nuestro mar-  y al final parece que se ha podido, aunque nos siempre hay el personal suficiente para cubrir todos los eventos y problemas.

Atención, pues, a nuestro mar. Miremos nuestro mar, aunque cuando veamos la saturación de lanchas y yates del mes de agosto nos entre un ataque de pánico: tenemos que saber y ser muy conscientes de que esto es lo que se está cultivando (¡y las discotecas!) y que esta nube impresionante de motores en nuestra costa seguirá aumentando hasta límites difíciles de prever... a pesar de la crisis que ha obligado a muchos dueños a abandonar sus barcos al no poder hacer frente a las deudas o a los gastos.

Además, en algún momento, Ibiza tendrá más escalas en las sendas o rutas programadas de los cruceros, con estas enormes ciudades flotantes que pueden llegar a los 300 metros de eslora y que irán fondeando encima o sobre las grandes plantaciones de nuestras imprescindibles praderas de posidonia. A no ser que ocurra un milagro y las autoridades marítimas tomen cartas en el asunto, pero con seriedad y rigor.

Mirando al mar también, porque con el tipo de turismo que viene, ocurren demasiados accidentes en las playas. El año pasado los incidentes graves (no contamos los leves) aumentaron casi un 89% . Mirando al mar para hacer frente a nuevos retos y problemas.

sábado, agosto 11, 2012

Nada contra el catalán, todo contra el castellano

Cuando el ibicenco otea el horizonte puede o podría ver  África, Mallorca o Valencia. Catalonia cae muy lejos. Cada vez más.

Mi artículo de hoy en Diario de Ibiza íntegramente reproducido:

Podría titular este articulito como la enfermiza obsesión contra el castellano o español. No estamos hablando de otra cosa, aunque otros opinadores hayan escrito lo contrario.
¿Puede imaginarse alguien lo que ocurriría si nuestro honorable Presidente Bauzá (honorable y tibio, esperamos mucho más de usted) hubiera hecho al catalán en Baleares lo que Artur Más ha hecho al castellano en Cataluña?
A pesar de tener al menos seis sentencias de los distintos tribunales supremos, se niega a aplicar la ley, violando flagrantemente la Constitución, una carta magna que por supuesto, por ésta y por otras razones ya ha quedado convertida en papel mojado.

¿Obsesión contra el catalán? Por Dios, al menos abandonen por un momento el escarnio. Pero es fácil predecir que todo el Estado ha quedado en un geométrico equilibrio inestable y cuando esto ocurre, la tensión acumulada y acumulable suele resolverse en forma de una ruptura o varias. Y a lo mejor hasta a mí me interesaría que aquellas regiones que no respeten la ley, el orden y la Constitución, abandonen el proyecto común y se dediquen a hacer su vida y a pagar sus propias facturas, pero este ya es otro tema.
¿A qué espera Catalonia a llevar a cabo un referendum? Nadie les va a decir nada. ¿Y a qué esperan los vascos? Ánimo, valientes.

En este contexto, el profesorado de Ibiza y Formentera nos avisa de que está a punto de llegar el Apocalipsis y que la muerte del idioma catalán está al caer. Miren, desde que ustedes lo defienden así, no me cabe ninguna duda, al catalán le quedan pocos años.
Antes de ustedes, el catalán ha durado mal que bien (como todos los idiomas) más de mil años. Lo mismo se puede decir del ibicenco, el idioma de Ibiza, aunque los profesores se enlacen servilmente a la bandera de una Comunidad vecina que es competencia directa de todos nuestros productos y de nuestros servicios. En el fondo del estanque dorado (otros lo llaman charco marrón) se vislumbra el quid de la cuestión: quieren más dinero, siempre piden lo mismo.
Mamá, pasta, más pasta.

Tengamos presente que hay muchos maestros que son una joya, sacrificados, buenos pedagogos, caritativos y próximos al alumnado. Pero no son la mayoría y a la hora de la verdad se encuentran con muchos problemas para enfrentarse a otros aprendices de manipuladores (algunos no son aprendices, ya tienen el grado de maestro) que son hábiles en el manejo del pesebre y las redes del descontento.
Porque digámoslo bien claro: José Ramón Bauzá no ha legislado nada contra el catalán y si lo hiciera me tendría enfrente. Ha legislado para cumplir y hacer cumplir nuestra Constitución, recuperando la condición de lengua oficial a la que oficialmente es nuestra lengua común en toda España, en todo el Estado.
Además lo ha hecho con gran timidez, tacto y respeto. Pero, ay amigos, ya tenemos a los coros y danzas de la agit-prop de la progresía, a los catalanistas y a otros que se aburren lanzando globitos y vendiendo camisetas (el merchandasing que mueven debe ser importante ¿ha estudiado esto la Conselleria?). Un día son verdes, otro día van de negro.
Todo es una gran comedia que, por cierto escenifican durante el curso escolar.

Una vez acabado el curso, han desaparecido los profes de nuestras calles. Espero que al menos demuestren la misma destreza a la hora de enseñar a los chicos -en catalán, español e inglés- con eficiencia, y que abandonemos de una vez los últimos lugares de toda España. Ya España es de los últimos de Europa, informe PISA. 

miércoles, agosto 08, 2012

Entre honrados y honestos


Un partido, el PP, que fue hasta Buenos Aires para buscar afiliados a su partido, no ha de tener el menor rubor en apuntar a unas cuantas prostitutas, quizás alentados por su mítica aventura en el pub Rasputín de Moscú, en aquellos tiempos en que Matas se creyó el rey del mundo, incluso del Nepal y el Everest. 

¿Han observado que el PSOE no ha entrado a matar en este tema? ¿habrá dulcificado su estrategia? No, hombre, que si el PP se apuntó al sector de servicios autógrafos, el PSOE, o un sector, también labró su proselitismo en la secta o corriente religiosa evangelista, donde muchos son los llamados y pocos los escogidos, pero en cualquier caso, decenas de afiliados al ruinoso socialismo. Qué sabe nadie. Que sí, que no.

Ignoro cómo han terminado unos y otros, ni comparo creencias ni profesiones. Allá cada cual con su conciencia, con su honestidad y con su honradez, términos que parecen sinónimos pero no lo son, aunque los confunda Carmen Lomana (y el catalanista tacañón y reprimido los sigue confundiendo). De hecho, mucha gente ya los usa en idéntico sentido, por desgracia.

Carmen Lomana es joven, guapa y muy rica, asquerosamente rica. Algunas veces nos hemos cruzado tuits de complicidad, porque esta mujer me excita. Me excita la curiosidad, en principio.
Una mujer tan lista como ella, bailarina de postín, no puede confundir la honradez y la honestidad. Vamos a intentar diferenciar ambas: una dama es honrada cuando no roba a sus empleados ni engaña a los proveedores, pero solo es honesta en el caso de que no engañe a su marido. La honestidad afecta a la persona de cintura para abajo. La honradez ya es otra cosa.

Un partido político que afilie a 150 o a 34 evangelistas puede no ser honrado (tampoco digo que sea deshonrado ni deshonroso). Pero un partido que se abandona a la molicie en un lupanar dista mucho de ser honesto. Tampoco digo que sean deshonestos, pero algo tengo que decir si quiero ejemplificar ambos términos. 
Un putero puede ser perfectamente honrado, claro, pero no es un dechado de honestidad.

A ver, más de cerca. 
Honradez: se refiere a la cualidad con la cual una persona se muestra en el obrar o manera de pensar con integridad, justeza y rectitud. 
Honestidad: el diccionario de la RAE da estos significados en las dos primeras acepciones: decente, decoroso, recatado, pudoroso. Estos significados son los que nos permiten diferenciar a un político honrado de un político honesto.

Comprenderán que siempre que paguen con su dinero en los bares de putas o a las mismas ejercientes no debiera preocuparnos. Es su vida. 
Tampoco nos tienen que desmoralizar unos cuantos fenicios fichados en Argentina, al menos mientras no te pillen. 
El problema del PP es que siempre les pillan y además la oposición nacionalista-socialista no se muestra muy generosa. 
Obsérvese la lista de imputados en los juzgados baleáricos.

Ibiza, como ya es sabido cae en una zona de silencio sepulcral: aquí somos perfectos, casi honrados y en progresiva mejora en nuestra honestidad. ¿Afiliamos? Bueno, en realidad sólo apuntamos, pero no disparamos. Somos buena gente.

sábado, agosto 04, 2012

Los incendios y la posidonia


Lo podemos repetir hasta la saciedad, porque nos va la vida en ello y la salud de nuestras aguas y la salud de nuestros bosques: el año 2011 marcó un hito en la moderna historia de nuestras islas. Por tierra y por mar y quizás por aire. Por una parte, se puso en evidencia con abundancia de fotografías y vídeos publicados en numerosos periódicos y revistas que estos megayates que sestean por ses Illetes y otras calas de Ibiza no son inofensivos.

Muchas embarcaciones de todo tipo que surcan las aguas pitiusas no pierden ocasión de vaciar los tanques o las sentinas, provocando una mayor presión en un hábitat muy alterado al menos en los meses punta. Estos vertidos -tan voluntarios como dañinos- hay que sumarlos a otros más accidentales y a fondeos efímeros que al bajar el ancla a los fondos ocasionan, por simple fricción mecánica €los garreos ya famosos€ numerosos destrozos en las delicadas praderas de posidonia.

Nos extraña la poca diligencia del Govern en preservar estos espacios de vida, irreemplazables y de muy difícil recuperación por un crecimiento exageradamente lento de estas plantas. Podríamos decir que nos da igual lo que hagan en Mallorca, pero tampoco sería cierto. Tanto en Menorca como en Mallorca y en las Pitiusas se tiene que enfrentar con claridad este problema. No soporta más retrasos ni más medidas provisionales. No es un tema ideológico ni partidista: Ibiza y Formentera no pueden soportar esta presión brutal, estos miles de barcos, y no morir en el intento.

A Mallorca le pedimos amparo, menos holgazanería y más resultados. Y si no tienen dinero, empleen el ingenio, no el enchufismo bajo extrañas maniobras.
¿Qué decir de los bosques que ya no haya sido dicho? Nuestro Diario ha cumplido con creces, dando preferencia a la información y a la opinión sobre un tema que nos afecta. La isla de Ibiza está muy enferma, sufre una infestación de pinos que es perjudicial y que pone en peligro la supervivencia de todo el cuerpo ecológico. No se puede seguir cultivando esta salvaje incultura que presupone que conservar todo arbusto o árbol demuestra sensibilidad ecológica, cuando es todo lo contrario. La Naturaleza deja abiertas varias opciones y las diferentes plantas actúan según una estrategia de supervivencia y si no no hay suficiente espacio actúan en diferentes tiempos, una florece en abril, la otra en noviembre, etc.

El caso de los pinares es extremo, pero habitual en algunas zonas donde la acción del hombre rompe la cadena trófica o interactúa con excesiva agresividad, véanse por ejemplo los incendios forestales del Amazonas y las consecuencias que tienen y tendrán para la vida, para la vida del hombre incluida. Véanse nuestros bosques. En Ibiza no sabemos cómo ha actuado sobre el resto de la vegetación, aunque lo suponemos. Sabemos que la masa forestal es crítica y que tenemos que romper la línea de continuidad si no queremos sufrir heridas tan espantosas como las de 2011.

No puede servir de excusa la dificultad presupuestaria. Ya sabemos que hay poco dinero, pero ¿acaso no había sido siempre así? Entonces dejad en paz a los payeses y a los residentes para que corten y esponjen sin miramientos, aun siguiendo unas directrices generales. Nos va la piel a todos.

miércoles, agosto 01, 2012

Vivimos en las playas



A misa van poco, paseando y comprando por las ciudades no se ve apenas a nadie, en el gimnasio o en los campos de tenis no están ni se les espera. Pero entonces, pregunta uno: ¿dónde se meten los turistas? Los turistas están recluidos, como en un campo de prisioneros, y desgraciado del que pretenda escaparse de los maléficos poderes de las guías. Un campo de concentración donde se reúnen los interfectos que a menudo son tatuados con un sello o señalados con una pulserita. Son los turistas del ´todo incluido´.
Pero los que no van incluidos en el lote cada vez mayor de hoteles que venden estos paquetes turísticos se quedan en las playas. Están en las playas o lo que queda de ellas. Ya sabemos dónde están.

Los pocos reductos que todavía pudieran haberse utilizado por los residentes en la isla ya han sido ocupados por entramados, escenarios y tramoyas que van a albergar la fiestecita de turno o el beach party o lo que diablos sea. Con esta filosofía turística (si lo de los dj es cultura, como dijo el concejal de San José, el estudio de las hamacas es filosofía) hemos conseguido dos cosas complementarias de un sólo disparo: cargarnos las playas o lo que quede de ellas y cargarnos la vida comercial, el ambiente de las ciudades.

En las playas transcurre todo, desde el bautismo a la confirmación, el matrimonio y la muerte. Ya se puede poner nailas la policía nacional o como se llame ahora. Las fuerzas del orden todas en chanclas. No vas a ir con las botas de nieve sobre las arenas donde los narcoturistas se lo pasan pipa y alucinan por un tubo. Y al respective, idem para los de la Cruz Roja o los de la Media Luna: de blanco satén y descalzos o en nailas de lona. En las ciudades se oirán los gemidos y el crujir de dientes de los restaurantes y de las tiendas. La oferta complementaria saltará todavía más por los aires y si en Ibiza queda algún euro, acabará en la saca de algún kioskero del Opus Dei. Y del mismo de siempre, que ahora ha adoptado la táctica artera de la zorra, la de matarlas callando.

Si queda algún petate de doblones o de euros en Ibiza será cuestión de celebrarlo, pues será milagro o aún más, misterio. A Ibiza ya no llega un céntimo o centavo como dicen los useños. Todo se paga fuera, y si por un descuido a alguien se le ocurriera sacar un billete, pueden estar seguros que no saldrá del circuito cuadriculado por nuestros cuestionables políticos: discoteca, kiosco, beach party. Sin duda se escabullirá alguna moneda que acabara en la faltriquera o en el canut de algún taxista, corsario o pirata, da igual. Pero pocas, pardiez. Estos serán los mismos que se quejarán un día tras otro de la falta de limpieza y de que no les limpian las playas a tiempo, porque las facturas, siguiendo una vieja tradición hispánica, sólo las pagan los paganos, los contribuyentes, como su propio nombre indica. 
En Ibiza se han tolerado (sólo a algunos, el caciquismo sigue boyante) las mayores barbaridades perpetradas, con la excusa de que sólo duran dos meses. Pero no dicen que sólo las soportan los que van atiborrados de pastillas.